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Escrito por Maribel Preciado, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Florida
¿Un diario de acción de gracias? Le preguntaba a la hermana Luisa, cuando nos sugirió esa idea después de un mensaje muy inspirador. Sí, dijo ella, “Antes de terminar tu día, escribe por lo menos tres cosas de las que estas agradecida.”
Les comparto que no me duermo, antes de escribir una página en este diario de gratitud, y gracias a la hermana Luisa, me doy cuenta de que tengo muchísimas cosas, por las cuales estoy agradecida cada día.
1 Tesalonicenses 5:16-18 (RVR1960) Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Y tiene mucho sentido, repasando esta escritura de Pablo. Al dar gracias en todo, ese gozo llenará nuestra alma, y la manera que oramos cambia. Estoy segura de que cuando empieces a practicarlo, tu listado de peticiones al Padre, ¡¡cambiará por un listado de acción de gracias a Él!!
Te animo, como lo hizo Luisa con el grupo de mujeres que asistimos a su clase, que empieces hoy. No esperes el 1 de enero. Hoy es el día de iniciar tu camino, para ser redefinida por la acción de gracias. Te comento que este año llevo 3 cuadernos llenos, y quiero esperar a el último día de diciembre, para leerlos y maravillarme de lo que ha hecho el Señor en mi vida, y dar gracias por todo.
Efesios 5:15-17 (RVR1960) Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Muchas veces cuando leemos este versículo, pensamos que entre más cosas hagamos “para el Señor,” estamos como acumulando puntos, o bonos, o algo así. Realmente la mejor manera que puedes aprovechar bien el tiempo es estar a los pies del Maestro, así serás sabia.
Proverbios 9:10 (RVR1960) El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
La mejor manera de conocerle es agradecerle, adorarle, contemplarle. Y así empezar a vivir la vida que Él tiene preparada para ti. ¿Cómo?, te preguntarás, aquí van algunas ideas:
Agradece lo pequeño.
• Gracias por el aroma de mi café en las mañanas; últimamente con todo lo que estamos viviendo, descubrir lo importante que es percibir los olores, los aromas, nos hace privilegiados.
• Gracias por las mariposas que llegan a mi jardín.
• Gracias por el sol en mi rostro cuando salgo a caminar...
Agradece lo grande
• Gracias por la vida, la oportunidad de cada día.
• Gracias por la familia.
• Gracias por la oportunidad de leer, estudiar, meditar en la Palabra de Dios.
Agradece lo difícil
• Gracias por los retos, las situaciones difíciles. El Alfarero sigue trabajando en tu vida, y no te soltará hasta que seas esa pieza hermosa y perfecta que Él tiene en Su mente.
• Gracias por las personas difíciles que están en tu vida; Están aquí con el propósito de moldear tu carácter; de desarrollar tu dominio propio, desarrollar el fruto del Espíritu en ti.
• Gracias por las enfermedades, pérdidas de seres queridos. Agradece la oportunidad de ver la vida de una perspectiva muy diferente.
Agradece por todo, cada día. Él sabe lo que necesitamos, pero Él se goza cuando le alabamos. Agradecer es alabanza.
Este 2021 está a punto de terminar, algunas de nosotras hemos experimentado un cambio en lo que considerábamos “seguro,” “realidad,” “mi vida.” ¿Y sabes qué? Sólo cuando la eternidad se convierte en tu realidad, cuando estar a los pies del Maestro es tu prioridad y tu vida, sólo cuando la salvación en Cristo, por medio de la obra redentora en la cruz es tu seguridad, entonces, tu identidad es redefinida.
Te invito a que cada día, abras el regalo que te da Tu creador, se llama: presente; y que cada noche al terminar tu día, puedas dar gracias por todo.
Compártenos tus comentarios, queremos oír de ti.
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Escrito por Liliana Henríquez, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Colombia
Me declaro una “ansiosa en recuperación,” porque es una de mis luchas personales. Tengo la tendencia a proyectarme muy fácilmente hacia el futuro y eso hace que se despierte mi ansiedad ante la incertidumbre. A veces es una ansiedad “buena,” que me hace soñar despierta y anhelar que mis deseos se cumplan al instante. Pero otras veces, es una ansiedad “mala” que me detona pensamientos negativos que no paran y me quitan el sueño.
La ansiedad es una de mis luchas y he descubierto que es una lucha que muchas personas tenemos en común. En este camino de crecimiento espiritual y emocional, he aprendido que la ansiedad se detona cuando creemos que no tenemos el control sobre las cosas y estamos convencidas de que no tenemos los recursos necesarios para afrontar lo que está por venir.
Básicamente, la ansiedad aparece para hablarnos desde la carencia y no desde la abundancia. Nos hace creer que no contamos con los recursos o el apoyo necesario para enfrentar el futuro. Nos hace creer que estamos solas. Nos susurra, y a veces hasta nos grita, que no seremos capaces de manejar la incertidumbre normal de la vida. La ansiedad nos reduce a nada. Lo peor de todo, es que muchas veces le creemos.
Pero como les comenté al principio, ésta es una de mis luchas y he estudiado mucho al respecto en los últimos años. Actualmente, estoy leyendo un libro de Max Lucado titulado Ansiosos por nada. ¡Lo recomiendo ampliamente! En este libro, se destaca el valor de la gratitud. Es ese antídoto que puede ayudar a desaparecer nuestra ansiedad. Debido a que la ansiedad se detona por la conciencia de la incertidumbre, la gratitud hace todo lo contrario. “La gratitud es tener conciencia absoluta de los beneficios de la vida,” afirma el autor.
La gratitud redefine nuestro estado de conciencia y puede hacer que pasemos de ver el vaso medio vacío a ver el vaso medio lleno. Ser mujeres agradecidas, evita que seamos mujeres quejumbrosas y amargadas. La gratitud nos hace enfocarnos en Aquel que sí tiene los recursos que necesitamos y no en nuestras propias limitaciones. El agradecimiento debe formar parte de nuestra identidad.
No olvidemos que la gratitud es una virtud que agrada al Señor.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1 Te. 5:18 RV60)
Querida hermana, hoy quiero invitarte a contar tus bendiciones y no tus limitaciones. ¿Te animas?