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Todos pedimos a Dios que nos use de una forma poderosa. Anhelamos hacer un impacto en el mundo, en nuestras familias, y en la comunidad. Miramos con anhelo a los cuyo impacto es más obvio o llamativo. Hasta nos da celos ver lo que están haciendo.
Sin embargo, el impacto que se hace en la vida de otro es como ondas que bendicen, equipan, inspiran, animan, y educan a otros.
Nuestras oraciones de anhelo de marcar una diferencia en este mundo sí están contestadas. Sólo falta ajustar nuestras expectativas para que se alineen con las de Dios. Es en Su tiempo y son Sus propósitos que prevalecen.
La misión del MHRH es la de equipar a mujeres para que se conecten con Dios y con otras mujeres más profundamente, animarles en su camino espiritual, e inspirarles a que equipen y animen a otras. Pablo dejó un patrón similar a Timoteo (2 Tim. 2:2).
A veces, no vemos el fruto de nuestra labor. Se plantan las semillas o se las riegan, pero esperamos a que Dios traiga el crecimiento en el momento preciso (1 Cor. 3:6).
En otros momentos, ese patrón se revela de formas bellas e inspiradas, como con nuestra hermana cubana, Ana. Conocí a Ana en agosto del 2017 y nos conectamos de inmediato. Una buena trabajadora en el reino, Ana anhelaba servir y enseñar más mujeres en su país nativa, pero no se sintió equipada para eso. Inspirada por las clases que enseñé y equipada con los materiales, ella lo ha hecho suyo y personifica una Hermana Rosa de Hierro a muchas mujeres alrededor de Cuba, proveyéndoles con los recursos e inspirándoles a que compartan esos mismos recursos con otras.
En algunas clases, les invita a reconocer la mentira, reemplazarla con la verdad, y recordar la verdad a través de la Palabra de Dios (inspirada del Cuadro de Mentira/Verdad de ¿Quién tiene la última palabra?). En otras reuniones, simplemente ora con las mujeres y les anima a escuchar a Dios por Su Palabra, por la creación, y por otras reflexiones y devocionales presentados en Llamada a escuchar: Cuarenta días de devoción.
Ahora, casi todas las semanas, recibimos otra petición de una hermana cubana para recibir palabras de ánimo por nuestro blog, animándoles y equipándoles para que se conecten con Dios y con otras mujeres más profundamente.
No todo ejemplo de la oración contestada es tan obvio o glorioso como el de la historia de Ana. Y no lo tiene que ser. El impacto comienza con una.
Así que, al acompañarnos en oración por Cuba y la visita que espero hacer este año para verme con mi amiga Ana y muchas otras hermanas y amigas cubanas, te animo a orar esta canción sencilla.
Es una canción sencilla, un corito, no más, que se expresa en la forma de una oración a Dios. El texto original fue en inglés, pero aquí les pongo una traducción de lo mismo.
GUÍAME A UN ALMA HOY
Guíame a un alma hoy.
Enséñame, Señor qué decir.
Tengo amigos perdidos en el pecado
Y no conocen el camino.
Pocos hay a quienes les importa
Y hay pocos que oran (que oran).
Ablanda mi corazón y llena mi vida,
Guíame a un alma hoy.
Letra por Will H. Houghton, 1936, traducido por Michelle J. Goff. Música por Wendell P. Loveless
#HermanaRosadeHierro, #oración, #cuba
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Una noche, estaba meditando en 1 Pedro 5:7 y me di cuenta lo que significa “lanzar” o echar nuestras peticiones y preocupaciones a Dios. Implica soltar mis peticiones y confiar en quien tiene todas las respuestas.
Me imaginé frente al trono de Dios con mi petición y expliqué con instrucciones detalladas cómo Dios pudiera contestar mi oración. Luego, en ves de dejárselo en sus manos, la volvería a tomar al salir de su presencia.
Después de meditar en I Pedro 5:7, unas de mis peticiones más pesadas se transformaron al presentárselas a Dios. Me imaginé entrar en la presencia de Dios y le lancé mi petición, le clamé con ruego de ayuda, y salí corriendo del trono antes de poder tomar la petición nuevamente.
La primera vez que visualicé esa práctica, me salieron las lágrimas al sentir un gran alivio – fue como si un peso de 100 kilos se me hubieran quitado de encima. Repetí la misma práctica la próxima noche y se me hizo más fácil dejársela a Dios en cada noche consecutiva. Sabía que le importaba mi petición. Confié en él para estar a cargo de ella. Había lanzado mis peticiones y mis preocupaciones a Dios. Y, hoy, te invito a hacer lo mismo.
#HermanaRosadeHierro, #oración