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Mandatos como “orad sin cesar” (1 Tes. 5:17) o afirmaciones que “la oración del justo es poderosa y eficaz” (Sant. 5:16) nos recuerdan sobre la importancia de la oración. Y ejemplos como el que Jesús dio a Sus discípulos cuando les instruyó cómo orar (Mt. 6:5-15) nos ayuda a saber cómo dirigir nuestras oraciones.
Pero si reducimos la oración a lo más básico, a su nivel simplificado, la oración es la comunicación con Dios, una conversación con nuestro Padre celestial, con el Gran Médico, o con nuestro Consolador, y Amigo.
Durante el mes de febrero, te invitamos a acompañarnos en conversación con Dios como nuestro Guía, Jardinero Divino, y ayuda constante, todo de parte del Ministerio Hermana Rosa de Hierro.
Nuestro calendario de oración está disponible para bajar acá y por nuestra página web. Por favor, comparte este calendario con tus amigos y guerreros de oración. Al traspasar la caminata difícil de crecimiento estratégico este año, tus oraciones son vitales. Dios nos ha dado una misión, una visión y un propósito: equipar a más mujeres para que se conecten con Dios y con otras mujeres más profundamente, a lo largo de las Américas, en español, inglés, o contextos bilingües.
Cada día, durante los próximos 24 días, habrá un tema específico con un versículo bíblico como enfoque para nuestras oraciones ese día. Hombres y mujeres alrededor del mundo serán de un solo corazón y un solo sentir al levantar estas peticiones y agradecimientos a Dios.
Cuando simplificamos la oración, recordamos que se trata de hablar con Dios y escucharle. Por favor, comparte con nosotras las oraciones específicas que estás levantando al Padre y lo que estás escuchando de Él, especialmente al unirnos en oración de parte del Ministerio Hermana Rosa de Hierro.
Gracias por tus oraciones. Simplificado: tus oraciones lo hacen todo posible.
#HermanaRosadeHierro, #simplifica, #oración
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“Simplificar” con Sarah Nieto
Michelle: Vamos a conocer a Sarah Nieto, la miembro más nueva de la junta directiva del Ministerio Hermana Rosa de Hierro.
Sarah: ¡Gracias por la bienvenida tan amable! ¡Me siento honrada de haber sido añadida a la junta directiva del Ministerio Hermana Rosa de Hierro!
Michelle: Sarah, cuéntanos un poco sobre ti y tu familia.
Sarah: He estado felizmente casada con mi esposo por 17 años. Ambos nos graduamos en la Universidad Harding. Tenemos una linda hija de 14 años, quien actualmente educamos en casa. ¡Mi esposo siempre ha trabajado en el ministerio a tiempo-completo, y yo siempre me he identificado como “la esposa del predicador!” A través de los años, he trabajado a tiempo-completo, medio-tiempo, me he quedado en casa, y he trabajado desde la casa, principalmente como contadora y consejera financiera. Hemos tenido a nuestra hija en la escuela pública, la escuela privada, y educada también en casa. ¡Nuestra póliza como familia es constantemente evaluar lo que funciona mejor, y lo que no funciona, y no temer de hacer los cambios necesarios!
Independientemente de si estoy trabajando o si nuestra hija está en la escuela, creo absolutamente en mi rol de ser “cuidadora del hogar,” y promover la educación a todo nivel en la casa. ¡Hay gran gozo cuando te dedicas a cuidar de tu familia como solamente puede hacerlo una esposa y madre!
Michelle: Hace poco, compartiste que has puesto como prioridad simplificar varios aspectos de tu vida. ¿Qué te inspiró a hacer eso? ¿Cómo se manifiesta la simplificación en tu vida? ¡Queremos escuchar tu historia!
Sarah: Hoy en día, hay un movimiento grande entre personas de mi edad, deseosos de simplificar nuestras vidas con el propósito de ser mejores administradores de nuestras cosas y de nuestro tiempo. Escuchamos de gente viviendo en casas pequeñitas, adoptando el uso de composteras, y usando pañales de tela. Creo que la idea proviene de una reacción en contra del consumismo excesivo y el comercialismo rampante que se han hecho tan prevalente en nuestra sociedad.
Aunque no soy una verdadera minimalista, conscientemente administramos y planeamos la manera en cómo usamos nuestro tiempo y dinero. Algo muy importante en este estilo de vida es establecer prioridades, y entonces sin disculpas, nos sujetamos a ellas. En los últimos años, mi familia y yo hemos hecho un gran esfuerzo para simplificar nuestro calendario, y donar artículos que ya no utilizamos y que no aportan valor a nuestras vidas (¡y hacen más difícil la limpieza de la casa...!).
Michelle: Como Hermanas Rosa de Hierro, queremos animar y equiparnos para conectarnos más profundamente con Dios y con otras. ¿Cómo crees que el concepto de “simplificar” nos ayuda a alcanzar esa meta?
Sarah: Volviendo al concepto del establecimiento de prioridades, nuestro objetivo número uno debe ser el de tener una sólida y verdadera relación con nuestro Señor y Salvador. Necesitamos hacer de nuestro hogar una fortaleza de paz que proporcione comodidad y abrigo a nuestros familiares y amigos. Si estás casada o tienes hijos, debes asegurarte de comunicar claramente a tus seres queridos el amor, la aceptación y el propósito de Dios. También significa que tienes tiempo en tu horario y los recursos en mente para servir a los necesitados. Para poder cumplir con esta prioridad dada por Dios, es una posibilidad muy real que vas a necesitar renunciar a algunas actividades extracurriculares, pasar menos tiempo en las redes sociales o viendo televisión, y tal vez incluso renunciar a algunas responsabilidades de trabajo.
Liberándonos de los compromisos que la sociedad impone en el calendario de nuestra familia, efectivamente podremos descubrir no sólo tiempo en nuestros horarios, pero la capacidad mental necesaria para realmente experimentar una relación con Dios. ¡Confiar en Dios con cada fibra de nuestro ser y apoyarse en El en cada decisión, hace de esta transformación una apasionante aventura y una experiencia vital de aprendizaje para toda la familia!
Michelle: Otra amiga, en su camino hacia la simplificación me dijo hace poco, “me gusta tu estilo de simplificación.” Lo que tú estás haciendo, o ella, o mi persona, no será igual para todas, pero ¿qué te gustaría compartir con otras mujeres en su búsqueda para la simplificación?
Sarah: Estoy de acuerdo 100% de que cada persona necesita descubrir su propia "medida perfecta" de la simplicidad! ¡Personalmente, me gusta el tipo "simple" de la simplicidad! En otras palabras, simplificar tu vida no tiene que ser complicado o costoso.
Para darles un ejemplo, aquí les explico unas cosas que no funcionan para mí:
• Pasar mucho tiempo y energía investigando el "correcto" planificador para el 2018;
• Gastar dinero para comprar más contenedores para organizar nuestros armarios y cajones;
• Descargar una aplicación en mi teléfono para organizar mis oraciones y lectura Bíblica;
• Coordinar transporte y comidas rápidas con el objetivo de correr de una actividad a otra.
En cambio, esto es lo que prefiero hacer:
• Identificar las cualidades que valoro en un planificador, como un calendario mensual y semanal, con algunas indicaciones de reflexión motivadora. ¡Luego, simplemente selecciono un planificador que llena los requisitos y comienzo a usarlo (y se ve lindo, también)!
• ¡Me encanta mantener nuestra casa ordenada y sin muchas cosas extras! Me esfuerzo por mantener solamente lo que verdaderamente nos trae alegría y agrega valor a nuestra vida. Menos objetos alrededor de la casa significa menos objetos para limpiar y organizar. ¡Eso significa más tiempo para dedicar a las verdaderas prioridades de nuestra familia! Cuando me toca organizar un armario o cajón, utilizo una caja vacía o una canasta que ya tenemos en casa, en lugar de traer más recipientes de afuera.
• La tecnología es tan cómoda... hasta que se convierte en una distracción! En cuanto al ejercicio de disciplinas espirituales como la lectura y el estudio de mi Biblia, orar y leer devocionales, prefiero no usar la tecnología. Me parece que si tengo mi teléfono en mi mano, me siento tentado a chequear las redes sociales o deja que mi mente vague a un e-mail sin respuesta. Prefiero leer una Biblia impresa que yo puedo subrayar y un cuaderno para anotar mis motivos de oración y alabanzas. Mantengo estos artículos, junto con un lapicero y cualquier libro de estudio que estoy leyendo, en un lugar central.
• En vez de utilizar mis habilidades de planificación para coordinar transporte y cenas rápidas, prefiero utilizarlas para cocinar junto a mi hija y participar en las actividades de la tarde en familia. A mí me gusta encontrar una receta, reunir los ingredientes, medir y mezclar, y después disfrutar el tiempo en casa cuando el aire comienza a llenarse con el aroma de una comida casera. Hacemos nuestro mejor esfuerzo de no planificar actividades una después de la otra y evitar la sensación de estar siempre apurados. Obviamente, hay días cuando esto es inevitable, pero nuestra vida rutinaria se mueve más al compás de un ritmo más lento.
Michelle: Gracias por darnos esos ejemplos específicos de tu propia vida. Y ¿hay un versículo bíblico que te anima a simplificar?
Sarah: En esta época de mi vida, dos pasajes vienen a la mente. Uno se encuentra en el Antiguo Testamento, en Deuteronomio 6:4-9. Se habla del mandamiento que Dios dio a los israelitas de tomar muy en serio la responsabilidad de enseñar Sus caminos a sus hijos y las personas que entren en contacto con nosotros, a través de una constante narrativa, y también con nuestro ejemplo.
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”
El segundo pasaje es del Nuevo Testamento, en Tito 2:3-5 donde se habla a las mujeres en la iglesia de su papel como mentores y aprendices. A veces, perdemos de vista este mandamiento, y por eso me gusta recordarlo más a menudo.
“Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.”
Michelle: Sarah, ¡gracias por tu tiempo y por compartir tu historia! Y invitamos a Uds. a responder a Sarah y conversar con ella a través de nuestro blog.
Sarah: ¡Gracias por la oportunidad de compartir! ¡Tengo mucho que aprender de tus lectores!
#HermanaRosadeHierro #Simplifica #MiHistoria