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Escrito por Deanna Brooks, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Arkansas
Sean perfectos. Sean santos. Estas palabras resuenan en mis oídos una y otra vez... y me duele, porque conozco mis puntos débiles. ¿Puedes identificarte? ¿Has tenido estos sentimientos?
Primera de Pedro 1:15-16 nos dice: “…Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo” (NVI).
El Salvador dijo: “Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto” (Mt 5:48).
Considero que esos mandamientos son la senda que debe tomar nuestra vida para que comprendamos mejor el deseo de nuestro Padre Celestial de que lo sigamos. Pecaremos... ninguno de nosotros es justo (Ro 3:10), pero cuando obedecemos a Jesús y somos bautizados para el perdón de los pecados, Su justicia nos cubre (2Co 5:21; Fil 3:9; Gá 3:27; Ef 4:24).
Dios le dijo a Samuel que Él mira el corazón (1S 16:7).
En Antioquía, Pablo dijo a los presentes que David era un hombre conforme al corazón de Dios (Hch 13:22).
Cuando leo esto, pienso en David como un hombre que quería más que nada hacer la voluntad de Dios, a pesar de las batallas que a veces tenía con Satanás... y David, al igual que nosotros, a veces perdía esas batallas con Satanás.
Un versículo que es especial para mí es el Salmo 25:7, donde David escribe: "No te acuerdes de los pecados de mi juventud". Todos entendemos que a medida que crecemos en nuestra relación con Dios, nos damos cuenta de que anteriormente tomamos algunas malas decisiones en nuestras vidas que no tomaríamos ahora simplemente por la experiencia que tenemos en la vida. Tenemos que aprender a lidiar con la presión de grupo, aprender a controlar los deseos cuando algo se ve bien pero está mal, y a veces simplemente aprender que está bien y es correcto decir "no".
En el Salmo 51, David clama a Dios para que "cree en [él] un corazón limpio". La palabra hebrea que David usó para "crear" es la misma palabra en Génesis 1:1... algo que solo Dios puede hacer.
¿Qué crees que Dios busca en un corazón que lo busca? Pienso en lo siguiente:
1. Dios quiere que mi corazón lo ame. “…para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma” (Dt 30:6b). “… Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mt 22:37b).
2. Dios quiere que mi corazón lo ponga a Él primero. “No tengas otros dioses además de mí” (Ex 20:3).
3. Dios quiere que mi corazón le sirva. “…le sirven con todo el corazón y con toda el alma” (Dt 11:13b).
4. Dios quiere que mi corazón guarde Su Palabra. “Hoy el Señor tu Dios te ordena obedecer estos estatutos y leyes. Pon todo lo que esté de tu parte para practicarlos con todo tu corazón y con toda tu alma” (Dt 26:16).
5. Dios quiere que mi corazón lo busque. “Luego hicieron un pacto, mediante el cual se comprometieron a buscar de todo corazón y con toda el alma al Señor, Dios de sus antepasados” (2Cr 15:12). “Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón” (Jer 29:13).
6. Dios quiere que mi corazón lo siga. “…mi siervo David, que cumplió mis mandamientos y me siguió con todo el corazón, haciendo solamente lo que me agrada” (1R 14:8b).
7. Dios quiere que mi corazón lo alabe. “por siempre glorificaré tu nombre” (Sal 86:12b).
8. Dios quiere que mi corazón confíe en Él. "En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre” (Sal 33:21). “Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?” (Sal 56:4).
9. Dios quiere que mi corazón tenga una fe inquebrantable en Él. “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás” (Jn 11:25, 26).
Creo que Dios dijo de David: "He encontrado a un hombre que se preocupa por las cosas que a mí me importan".
Necesito preguntarme: ¿Qué estoy haciendo en mi vida para asegurarme de que las cosas importantes para mí sean las mismas que son importantes para mi Padre Celestial?
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Escrito por Anessa Westbrook, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Arkansas
Cuando leemos acerca de los héroes en el Antiguo Testamento, su ejemplo parece tan inalcanzable: Abraham, Moisés, David, Rut, Ester y Débora. David. Su relación con Dios era envidiable. En 1 Samuel Dios rechaza al primer rey de Israel, Saúl. Debido a que Saúl no había seguido los mandamientos de Dios, su reino no perduraría. En 1 Samuel 13:14 dice "el Señor ya está buscando un hombre conforme a su corazón y lo ha designado gobernante de su pueblo" (NVI). Siempre asumí que ser alguien etiquetado "conforme al corazón de Dios" era algo que solo era alcanzable para los héroes bíblicos de la antigüedad. No era algo que pudiéramos, o tal vez ni siquiera debíamos, considerar. Si bien era obvio que una persona conforme al corazón de Dios guardaba Sus mandamientos, sentía que eso no era suficiente para saber realmente lo que significaba esa declaración. La Biblia está llena de personas que habían seguido sus mandamientos, pero solo a David se le dio esta etiqueta. Todavía recuerdo el día en que me topé con Hechos 13:22. Este pasaje parecía dar definición a lo que me costaba entender. David era un hombre conforme al corazón de Dios porque " él hará todo lo que yo quiera". Si bien esto todavía era una tarea difícil, y tal vez imposible, ¿había alguna posibilidad de Dios pensara de la misma manera de una persona común?
El Nuevo Testamento muestra ejemplos de personas que viven su vida cotidiana de una manera fiel, y Dios los usa de una manera especial en un momento específico. Esteban, por ejemplo, fue uno de los siete hombres seleccionados para ayudar con la distribución de alimentos a las viudas. En Hechos 6:5 se le describe como un "hombre lleno de fe y del Espíritu Santo". Trabajó día a día para apoyar y animar a la iglesia primitiva, pero Dios también lo estaba usando evangelísticamente (Hch 6:8). Esteban era alguien cuyo carácter se formaba diariamente, y a quien Dios usó para compartir las Buenas Nuevas y glorificarlo en la difícil posición de convertirse en el primer mártir. Otro ejemplo es el de Tabita, de quien Hechos 9:36 dice que “se esmeraba en hacer buenas obras y en ayudar a los pobres”. Cuando murió, las viudas se lamentaron y le mostraron a Pedro todo lo que había hecho por ellas. Pedro la resucitó de entre los muertos y este acto se convirtió en un testimonio espiritual para el pueblo de Jope (Hch 9:41-42).
Sin embargo, la Biblia no sólo nos da ejemplos positivos de los que podemos aprender. La historia de David se complica debido a algunos errores espirituales importantes. En lugar de acompañar a sus tropas a la guerra, estaba en su palacio y se interesó por una joven que se bañaba en la azotea. Después de que ella quedó embarazada, él trató de ocultar el pecado, recurriendo finalmente al asesinato de su esposo (2S 11). Alguien que engañó a su propio cónyuge y luego mató al cónyuge de su amante probablemente sería noticia hoy. ¿Cómo podría Dios usar a una persona así? La genealogía de Jesús en Mateo 1 agrega un giro interesante a esta historia porque tiene tres mujeres cuyas historias probablemente nos harían levantar las cejas incluso hoy: Tamar, Rahab y Betsabé. ¿Por qué la historia del Salvador contiene personas tan imperfectas? Tal vez estemos viendo el lado de Dios que hemos visto desde el principio del Antiguo Testamento: Dios como Creador.
Una de las especialidades de Dios es tomar algo que está desordenado y hacer algo hermoso con ello. La inclusión de estas personas en la línea de Jesús plantea otra pregunta importante: ¿qué hubiera pasado si hubieran dicho "no" a Dios? ¿Qué hubiera pasado si se hubieran sentido demasiado imperfectos para ser incluidos en Su plan o no hubieran tratado de hacer los cambios necesarios para llegar a ser fieles? En el Salmo 51 vemos el corazón de David después de ser confrontado por Natán. No justificó sus acciones, sino que reconoció su pecado. Le rogó a Dios que lo limpiara. David hizo los cambios necesarios en su vida para llegar a ser el rey más respetado de Israel y el padre del linaje que conduciría al Salvador. Los ejemplos de aquellas que se esforzaron por vivir una vida diaria que agrada a Dios, así como los que hicieron los cambios necesarios para vivir una vida fiel, nos invitan a reflexionar sobre ser una mujer conforme al corazón de Dios.
¿Qué es lo que nos impide decir “sí” a la invitación de Dios de asociarnos con Él en el reino?