Escrito por Michelle J. Goff, fundadora y directora ejecutiva del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
En preparación para el tema del año 2024: “Comprometidas a Cristo, 24x7 en el 2024”, hice una búsqueda del verbo cometer (en inglés primero). Aunque mi corazón es hispano, el inglés es mi idioma nativo.
En inglés, se usa la misma palabra “cometer” para cometer un pecado y para comprometerse con alguien. La diferencia entre esos dos verbos es más obvia en español.
Según la Real Academia Española, son sinónimos de “cometer”: realizar, hacer, incurrir, perpetrar, ejecutar, consumar. Tiene una connotación negativa. En una de sus definiciones, el verbo “comprometer” también tiene una connotación negativa (como exponer, arriesgar o implicar).
Sin embargo, al escuchar la palabra comprometer también notamos una connotación positiva, el “pro” metido entre las letras de “cometer”: “comPROmeter”. Y en el reflexivo, comprometerse, pensamos en los novios que se comprometen o en nuestro compromiso con Dios.
Volviendo a la Biblia y al tema de este año, cuando hice la búsqueda de la palabra “to commit” (cometer o comprometer(se)), usé una concordancia que provee una lista de las apariciones de una cierta palabra en la Biblia. Tristemente, el uso más frecuente de la palabra “cometer” en la Biblia en inglés fue con la palabra “adulterio” en vez de “cometernos” a Dios.
Me dolió ver el contexto más negativo que positivo. En las Escrituras, las referencias a cometer adulterio están regadas por el Antiguo y Nuevo Testamentos. En vez de referencias a un compromiso con Dios con una connotación positiva, las páginas de la Biblia están llenas de historias de quienes cometieron adulterio y advertencias en contra de esa práctica, personal o espiritualmente hablando.
Me confrontó la dura realidad de las referencias bíblicas de esa palabra y me forzó analizar el uso frecuente. Me di cuenta de algo: Si no estamos 100% comprometidas con Dios, cometemos adulterio espiritual.
El séptimo mandamiento es “No cometer adulterio”. Este mandamiento de “no cometer” es el opuesto de los primeros tres mandamientos: “comprometerse [con YHVH]”. Esos primeros tres son una admonición e invitación para comprometernos total y completamente a Dios, con nuestras vidas, hablar y nuestras acciones.
Los profetas hacían mucha referencia a Israel prostituyéndose con dioses extraños. Dios pide a Oseas a que se case con Gómer como testimonio de las tantísimas veces que Dios perdonaba y recuperaba a Israel, Su novia imperfecta. Jeremías especifica la invitación de arrepentimiento para Israel al explicar que Dios la restauraría a ser “virginal Israel”, como si el adulterio jamás hubiera pasado (Jer 31:3-4). Borrón y cuenta nueva. Comprometida con Dios y ya sin cometer adulterio.
Cuando considero cómo gasto mi tiempo y energía o en dónde enfoco mis pensamientos y mi dinero, me doy cuenta de a lo que sí o no estoy comprometida. Y si alguna o cualquiera de esas cosas toma un lugar mayor que Dios, estoy cometiendo adulterio.
Cuando Dios nos invita, Su iglesia, a ser la novia de Cristo, el Cordero perfecto, resalta cómo está 100% comprometido con Su novia (Ap 19:7; 21:9). De vuelta, Él anhela que nos mantengamos comprometidas fielmente a Él. Afortunadamente, Su fidelidad no depende de la nuestra (2Ti 2:11-13):
Este mensaje es digno de crédito:
Si morimos con él,
también viviremos con él;
si resistimos,
también reinaremos con él.
Si lo negamos,
también él nos negará;
si somos infieles,
él sigue siendo fiel,
ya que no puede negarse a sí mismo.
Comprometernos a Cristo, 24x7 en el 2024, no implica que lo haremos siempre fielmente cada minuto de cada día. Si pensamos que podemos o que lo haremos, somos mentirosos.
Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. (1Jn 1:8-9)
Debemos caminar en la luz como Él está en la luz (1Jn 1:8). Dios es Luz y Cristo fue enviado como la Luz del mundo (1Jn 1:5; Jn 8:12). Ilumina el camino para vivir como seguidoras fieles, las que están comprometidas con Cristo y no las que cometen adulterio.
Comprometernos con Dios es cometernos a nuestra naturaleza eterna, diseñada por nuestro Creador divino. Verdaderamente es una de las mayores bendiciones de nuestra vida. Y ¿la recompensa por el servicio fiel y comprometido? La vida eterna con Él.
Comparte una manera en la que un compromiso fiel a Cristo ha sido una bendición en tu vida. Al contario, ¿cuál es una manera en la que estás actualmente cometiendo adulterio?