Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
- Detalles
Pensé que ya mis arbustos de rosas se habían muerto. Lo que hice para cortar y recortar parecía más como un horrible corte de cabello que no dejó nada. Mis pulgares no son verdes, sino negros. Es decir, no tengo ningún talento para las plantas. Por ende, las instrucciones que me había dado una amiga talentosa con los jardines, se alejaron de mi memoria y lo poco que me acordé estaba borroso y confuso. Estaba segura de que había fracasado a mis arbustos de rosas.
Comenzó el auto-hablar negativo, “¿Cómo puedes dirigir un ministerio para Hermanas ROSA de Hierro si no puedes mantener vivo un solo arbusto de rosas?”
Gracias a Dios, Él es un redentor y es jardinero supremo. Toma mis esfuerzos y los florece en una obra maravillosa que da fruto.
Lo que pensé que fuera un arbusto muerto era sencillamente uno en proceso de reconstrucción. Lo que dejé por rendido en mí misma era apenas el comienzo de la transformación que Dios estaba realizando en mi vida.
Una de mis frases favoritas siempre ha sido, “Si no estás creciendo, estás muriendo.” Y lo sigo creyendo. No podemos caer en la trampa del mito de estancamiento. No podemos permitirnos decaernos y volver para atrás, olvidándonos de la salud espiritual.
Sin embargo, recientemente, me he dado cuenta que a veces, cuando parece que hay una falta de crecimiento, Dios está trabajando tras bastidores en la transformación de un tiempo de muerte a una oportunidad de un nacimiento de nuevo.
Mis arbustos estarán floreciendo con nueva vida. Y mi salud espiritual también. Estoy agradecida por la transformación renovada en las áreas en las que Dios mismo tenía que hacer unos recortes.
Si no estás creciendo, estás muriendo. Pero ¿estás dejando que Dios haga Su trabajo como Jardinero supremo para realizar el crecimiento necesario?
#HermanaRosadeHierro #MichelleJGoff #crecimiento #nuevoscomienzos
- Detalles
Reflexiona en el momento cuando te bautizaste…
¿Cantaron un himno que tiene significancia especial ahora cuando lo escuchas?
¿Estuvo tu familia y tus amigos apoyándote o tu decisión, para ellos, fue más bien un rechazo de familia para ser parte de la familia de Dios?
¿Y el lugar? ¿En un río con algas? ¿Una piscina con cloro? ¿El bautisterio de la iglesia un miércoles por la noche?
Una vez ayudé a una mujer viejita realizar su bautismo en un basurero. Sí. Fue bautizada en un basurero grande porque no había otro lugar con suficiente agua en ese pueblo rural de Venezuela. ¿No crees que sea el lugar más preciso para botar los pecados y la vida vieja? Ahora ella se está regocijando con nuestro Padre celestial por la confesión que hizo ese día y la vida arrepentida que vivió de ese día en adelante.
Sin importar dónde moriste a ti mismo y te levantaste para andar en vida nueva (Rom. 6:4), toma un momento para reflexionar en ese nuevo comienzo. Confesaste a Jesús como Hijo de Dios y Señor de tu vida, Maestro, Comandante, Jefe… ¿pero de verdad has dejado que Él esté a cargo de tu vida?
Una nueva vida en Cristo no encaja en la vida vieja de cómo vivíamos antes. Son incompatibles. Como Jesús lo describió, nadie echa vino en odres viejos, al menos que quieran quebrar los odres y perder todo el vino (Mt. 9:17).
Gracias a nuestro Padre misericordioso, Él camina con nosotros en la luz y nos ofrece un nuevo comienzo cada día. Sus misericordias son nuevas cada mañana (Lam. 3:22-23). Y “si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
Borrón y cuenta nueva. Podemos comenzar de nuevo. Los odres viejos se botaron. ¡Gracias, Jesús!
Si te estás cayendo en la trampa de los odres viejos, la vida vieja, aprovecha un nuevo comienzo de la nueva vida en Cristo.
Y si estás leyendo esto y no has probado el mejor nuevo comienzo ofrecido por nuestro amoroso Padre celestial por el sacrificio de Su unigénito Hijo, por favor, considera esta entrada del blog como invitación especial para ti.
Para quienes quiere estudiar más sobre este tema, he incluido algunos versículos adicionales para profundizarlo, especialmente para quienes no han aceptado la oferta de Dios por una nueva vida en Él. Y contáctanos si quieres que te pongamos en contacto con alguien con quien puedes estudiar la Biblia.
Romanos 6:1-14; Gálatas 2:20; 1 Juan 1:5-10; Hechos 2:38; Hechos 16:25-34