Cuando enfrentamos un nuevo comienzo, no tenemos idea de cómo va a ser el final. Podemos soñar con lo que esperamos que sea. Podemos planificar y poner metas hacia lo que creemos que sea un fin factible.
Sin embargo, cosas inesperadas pasarán por el camino. No estamos en control. El cambio es el único constante. E interrupciones siempre son posibles.
Pero, a Dios no le sorprenden ninguno de esos desvíos. Para Él, no son desvíos.
Dios es el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin (Apoc. 22:13). Nos va por delante, por detrás, y nos rodea (Sal. 125:2).
Dios es la fuente de la vida y el conquistador de la muerte (1 Cor. 15:55). Es la raíz y la descendencia de David (Apoc. 22:16).
Él que era, que es y que será no se puede alterar.
El Alfa y la Omega son la primera y la última letra del alfabeto griego. YO SOY es el Autor de todo.
El Primero y el Último implica que hay un orden. El YO SOY está en control de todo.
El Principio y el Fin ilustra una cronología. YO SOY, Creador, sabe cuándo y cómo las cosas van a pasar.
¡Qué bendición poder confiar en el YO SOY! ¿Estás confiando en Él en tu nuevo comienzo?