Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.

Recibir el blog

Etiquetas

Búsqueda

Compras en línea

Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más

Compra Ahora

Johanna ZabalaPor Johanna Zabala, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Ecuador

¿Sabes qué es lo primero que el Padre Celestial nos formó? El corazón. Sí, nuestro corazón, siendo éste el primer órgano con propósito, que el mismo Dios diseñó en el proceso de fecundación. ¡Qué maravilloso! Veamos Salmos 139:13-24. Desde el vientre de cada madre, Él nos formó. ¡Que bendición! Todo detalle, pensamientos, propósitos, planes y pruebas son y serán en Él y para Él.

También, en el libro de Jeremías en capítulo 1:5-10 (PDT) dice:

“«Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía. Antes de que nacieras, ya te había elegido para que fueras un profeta para las naciones». Entonces yo le respondí: —Pero Señor DIOS, yo soy muy joven y no sé hablar en público. Y el SEÑOR me dijo: —No digas que sólo eres un joven, porque irás a donde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No le temas a la gente, porque yo estaré protegiéndote. Es la decisión del SEÑOR. Luego el SEÑOR extendió su mano y me tocó la boca, y me dijo el SEÑOR: «He puesto mis palabras en tu boca. Hoy te he elegido a ti para llevar a cabo una tarea que afectará naciones y reinos. Los removerás y provocarás su caída, los harás desaparecer y los destruirás y también los reconstruirás y los plantarás de nuevo».”

Ante tal efecto, se resalta en gran medida que somos de Dios, como Su más hermosa creación, por lo que debemos buscar continuamente purificarnos en Su presencia. Con el tiempo, observo detenidamente la impetuosa necesidad de que, en cada faceta de la vida, se logre cuidar el corazón en semejanza al corazón de Dios, como se expresa en Proverbios 4:23.

Y especialmente, considero que al crecer se adquiere del entorno gran porcentaje de informaciones que automáticamente apropiamos, entre lo bueno y lo malo de todos. En ese aprendizaje, papá y mamá siempre tendrán una función significativa en la estructura individual de cada persona.

Diariamente son muchas las situaciones matrimoniales en cada familia, y también algunas se narran en la Biblia. Al leer el libro de los Hechos, específicamente en el capítulo 5, versículos del 1 al 11, se encuentra el matrimonio de Ananías y Safira, unión como todas, con posibles luchas espirituales; y quienes, según el contexto, tenían propiedades materiales. Ambos pertenecían a la iglesia que se reunía para servir al Señor. Sin embargo, sus corazones estaban lejos de lo que Dios quería para ellos; deshonrando al Espíritu Santo, cuando Él sabe todo de nosotros.

Del corazón humano proceden sentimientos y anhelos, siendo el matrimonio uno de ellos. Es deber cristiano, mantener la unión conyugal apartada para Dios dentro y fuera de la iglesia. Todos somos llamados a mostrar la identidad de Cristo. No es tarea fácil, pero es necesario de corazón puro y respetuoso.

Del testimonio de Ananías y Safira, nunca debemos dejar de lado la relación con el Padre Celestial desde nuestra intimidad, siendo esto esencial. Ppodemos ser tentados a desviarnos de la bendición de Dios a la maldición. Si nosotras, como mujeres de Dios, permitimos que el matrimonio no sea ejemplo en todo y que no sea un equipo de fe y confianza en Dios o dejamos que sea satanás el que llene el corazón de cada uno, mintiendo, fingiendo y no amando la voluntad de Dios, podemos caer y morir irremisiblemente.

El matrimonio que Dios diseñó para nosotras, es un plan supremo de Él mismo. Él quiere que sea con propósito santo. Él quiere que seamos un equipo, que seamos uno con Él.

Todo esto, invita a ser conscientes de lo que somos y tenemos bajo la presencia del Creador y de Su inmenso amor por cada una de nosotras. Es decir, cada relación requiere de sinceridad, amor al prójimo, obediencia e intimidad con Dios en toda decisión y acción. Agregando que tenemos oportunidad de cambios para el Padre Celestial, que nos conlleva a sanar constantemente el corazón. Al pasar el tiempo se ha contaminado y si no nos damos cuenta, puede enfermarnos tanto espiritual como físicamente.

Ananías y Safira murieron tanto espiritual como físicamente. Ellos tenían su atención en tener dinero y no en la verdad del Señor. Es cierto el libre albedrío, pero la mentira con avidez y sin arrepentimiento, Dios la aborrece y le destruye.

Pidamos en oración al Padre eterno, que no llenemos el corazón del mal sino de Él. Así mismo, que seamos purificadas diariamente y que guarde nuestros matrimonios en santidad y amor en Cristo Jesús. Nunca nos deleitemos en una mentira, por más pequeña que esta sea; pues el padre de la mentira es satanás (Jn 8:44).

Analicemos entonces ¿A quién sirvo, al Padre de la Verdad o al padre de las mentiras? ¿Soy irreverente ante la presencia del Creador? ¿Le permito al Padre Celestial escudriñar mi corazón? ¿Trabajo en el temor y amor a Dios? ¿Realmente seré la ayuda idónea para mi esposo?

#HermanaRosadeHierro #DIOStorias #mentiras #verdades #matrimoniosanto #corazonpuro #escritorainvitada #blog

Aileen BonillaEscrito por Aileen Bonilla, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Ecuador

La historia de Safira y Ananías es muy corta pero llena de un gran mensaje para nosotras en estos tiempos (Hch. 5:1-11). En aquella época los fieles creyentes traían sus ofrendas para que los apóstoles la administraran de la mejor manera. Esta ofrenda era voluntaria y lo más hermoso de todo es que eran ofrendas a consciencia. Es decir, cada creyente daba de sus posesiones porque entendía que la iglesia tenía necesidad y sobre todo que serviría para que el glorioso Evangelio de Cristo siga esparciéndose (Hch. 4:32-36).

Sin embargo, Dios nos muestra que a pesar de que muchos comprendían esta verdad, también existía quienes deseaban ser vistos y aplaudidos por los hombres. La intensión de Safira y Ananías no fue sincera ni integra ante Dios. No estaba mal dar solo una parte del dinero. Es más, diría yo, ni siquiera tenían la obligación de hacerlo. Pero, ellos decidieron que tal vez sería de utilidad esta ofrenda. No obstante, olvidaron que todo aquello que hagamos para el Reino debe manejarse con sencillez y en secreto, esperando únicamente la recompensa de Dios (Mt. 6:3-5).

Safira y su esposo pensaron que su hipocresía iba a pasar inadvertida, pensaron que podrían engañar a Dios mismo. La hipocresía no sólo es un mal que afecta nuestras relaciones interpersonales, sino que también afecta nuestra relación con Dios. Él detesta que intentemos tenerle como un objeto que puede ser burlado, y aún más si enseñamos esta horrible actitud a otros.

Observemos este texto: “Hay seis cosas que el Señor odia, no, son siete las que detesta: los ojos arrogantes, la lengua mentirosa, las manos que matan al inocente, el corazón que trama el mal, los pies que corren a hacer lo malo, el testigo falso que respira mentiras y el que siembra discordia en una familia (Prov. 6:16-19, NTV)”. En este texto existe un orden increíble, primero se nos muestra que Dios detesta los ojos arrogantes, seguido de una lengua mentirosa. Quienes sufren de orgullo por lo general su vida estará llena de mentiras.

El orgullo siempre ha sido el peor enemigo del hombre, ya que este defecto se opone a que una persona pueda ser corregida, instruida y agradecida. La actitud de Safira y Ananías era orgullo disfrazado de generosidad. Por consiguiente, Dios purgó a Su Iglesia de esta manera, ya que esto trae bendición para todos.

Las verdades a medias también son mentiras. Parece sonar fuerte porque muchas veces hemos pasado por ese camino, tal vez para quedar bien o no quedar tan mal en alguna situación. Las mentiras tramadas son muy peligrosas y sobre todo el Señor las aborrece grandemente.

La arrogancia, como nos muestra el texto de Proverbios, trae consecuencias graves a nuestras vidas, no sólo por decir mentiras. También trae discordias en la familia. Puesto que la Iglesia es la familia de Dios, Él no dejará que este mal crezca descomunalmente. Al igual que Safira y Ananías, nosotras podemos tomar esa actitud. Podemos tener un falso orgullo de ser humildes, y esto es también muy detestable para todos. Es como un mal perfume que impregna toda la sala. El perfume barato es escandaloso, y nauseabundo. De la misma manera, el orgullo por nuestra fe y humildad se vuelve como aquel perfume barato. ¿Prefieres ser un perfume sutil y delicado o uno barato y escandaloso?

Jesús dijo de sí mismo: “aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón (Mt. 11:29)”. A veces asumimos conocerlo todo, tal vez por los años que llevamos dentro de la iglesia, pero lo cierto es que nuestra vida terrenal es un tiempo de aprendizaje continuo. Esa es la verdadera clave, nunca dejar de aprender.

Por otro lado, sólo Jesús puede atribuirse con autoridad dichas cualidades porque es Él la fuente de todo ya sea conocimiento, sabiduría, bondad, amor, humildad, mansedumbre, entre otras maravillosas características. Por lo que nos lleva a reflexionar que si no pasamos tiempo con el Maestro, entonces caer en la mentira y en el orgullo será mucho más fácil.

No corramos a hacer lo malo, me imagino a esta pareja tratando de llegar donde los apóstoles para darles este supuesto regalo. Ellos estaban ansiosos de ser reconocidos por el pueblo, como lo eran muchos fariseos de la época. Pero, en este nuevo reino ya no iba a ser así.

Dios nos dice que a través de Cristo Jesús somos nuevas criaturas (2 Cor. 5:17), esto se traduce como una reprogramación en nuestro ser. Es decir, si antes nos encantaba presumir nuestros logros, ahora esto ya no debe ser valioso ante nuestros ojos. Entremos al hogar Celestial no por medio de nuestras “buenas obras” ni por nuestros “títulos”, sino por la fe o confianza puesta en Cristo Jesús.

Es triste ver cómo muchos cristianos mienten por cosas irrelevantes. En los diferentes ministerios, muchos por no sentirse comprometidos inventan excusas, como si decir que en realidad no desean o no se sienten preparados fuera difícil. También, he podido observar el otro extremo, aquellos que hacen todo con pompones y panderetas para quedar como los más generosos o los más preocupados por el prójimo. Una razón más por la que Dios decidió arrancar de raíz a esta pareja en la Iglesia primitiva.

Finalmente, Safira debió ser aquella mujer sabia y prudente aconsejando a su marido de hacer lo correcto ante Dios. Esto nos enseña cuán cierto es el consejo de Proverbios 14:1, como mujeres debemos pedir mucha sabiduría a Dios, a través del estudio de la Palabra, meditación, la oración y el ayuno. Estos cuatro componentes juntos nos ayudaran a conectarnos con Dios de una manera increíble.

Acompáñame a orar: Señor, ayúdanos a ser más como Tú. Nuestro corazón muchas veces piensa en lo malo, pero sabemos que puedes cambiar esa realidad. Limpia nuestra maldad cada día y ayúdanos a poder ser más comprometidas con Tu obra, en Jesús, amén.

#HermanaRosadeHierro #DIOStorias #orgullo #humildad #mentirasyverdades #escritorainvitada #blog

Donar

Necesitamos tu ayuda para poder seguir equipando a más mujeres a lo largo de las Américas.

Donar

 

Noticias por email

Suscríbete al Blog - Ministerio Hermana Rosa de Hierro por correo electrónico

Si te gustaría suscribirte a nuestras noticias mensuales por Email, llena el formulario en la página de noticias.

Contáctanos

+1 501-593-4849 (Teléfono de oficina y mensajes de WhatsApp.)

O envíanos un email

La base de operaciones: Searcy, Arkansas, USA

Fotos

Veas más fotos en nuestra página de Galería de fotos.