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Escrito por Wendy Neill
¿Te parece abrumador compartir tu fe con una amiga? Me he sentido así. ¿Qué digo? ¿Por dónde comienzo?
1 Corintios 15 es un buen lugar para comenzar. En los versículos 1 a 8, Pablo nos da un resumen del evangelio. Es de “primera importancia.”
• Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras (y fue predicho)
• Fue sepultado
• Fue resucitado, según las Escrituras
• Apareció a Pedro, a los doce, y a más de quinientos hermanos a la vez, a Jacobo, a todos los apóstoles y a Pablo mismo.
Allí esta. Sencillo y profundo. Sucinto y transformador para la vida. Si tienes una amiga que crea que el evangelio es un mito o una conspiración, el último punto es sumamente importante. Si alguien inventara la historia, no se mencionaría los muchos testigos de la resurrección, especialmente testigos que seguían vivos en ese momento que podían dar testimonio de los hechos. Muchos de los mismos testigos murieron por su fe. No estarían dispuestos a morir si fuera una mentira.
Así que, recuerda 1 Corintios 15. Te ayudará a enfocarte en lo más importante, y da evidencia de la verdad de la resurrección.
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Siempre quería ver cómo vivía la iglesia del primer siglo, experimentar lo que Lucas describe en Hechos 2.
Hechos 2:42-47
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Durante mi vida, he tenido la bendición de sentir ese mismo espíritu en varias congregaciones. Y cuando lo veo en acción, hay unos elementos fundamentales, enlistados en el texto, que tienen que estar presente para revivir y sentir el espíritu de la iglesia primitiva.