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Escrito por Kara Benson, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Alabama
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (Heb 12:2, NIV)
¿Qué significa perseverar? Es mantener un propósito o continuar en un curso de acción a pesar de las dificultades. La clave de la perseverancia es la persistencia frente a los desafíos. Estamos llamados a perseverar como discípulos comprometidos…
- A pesar de lo que otras personas piensen, digan o hagan. “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta” (Ro 12:2).
- A pesar de la engañosa atracción del pecado. “Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual,[a] ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Heb 12:1).
- A pesar de nuestro pasado. Considera Hechos 9:20-22. ¿Crees que Pablo alguna vez escuchó comentarios negativos acerca de su estilo de vida anterior de perseguir a la iglesia del Señor? Sin embargo, escribe: “Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Fil 3:13b-14).
- A pesar de las espinas en la carne. Pablo le suplicó al Señor que le quitara su lucha física.
Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2Co 12:9-10)
Que esta sea nuestra actitud humilde con respecto a nuestros problemas de salud, las luchas actuales y las cargas que soportamos. Podemos aprender a ser agradecidos.
¿Por qué perseveramos? Perseveramos para…
- Terminar la carrera. “Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a quienes lo aman” (Stg 1:12).
- Recoger una cosecha. “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (Gá 6:9).
- Recibir las bendiciones de la justicia, la paz y el compartir la santidad de Dios. “pero Dios lo hace [nos disciplina] para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien dolorosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella” (Heb 12:10b-11).
- Alcanzar la madurez y la integridad. “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce perseverancia. Y la perseverancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros sin que les falte nada” (Stg 1:2-4).
- Encontrar el poder y la bondad de Dios. “En verdad, consideramos dichosos a los que perseveraron. Ustedes han oído hablar de la perseverancia de Job y han visto lo que al final le dio el Señor. El Señor es muy compasivo y misericordioso” (Stg 5:11).
- Experimentar oportunidades para ayudar y consolar a los demás. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren” (2Co 1:3-4).
¿Cómo perseveramos?
Ponemos nuestra mirada en Jesús. Meditamos en la vida de Cristo, las enseñanzas de Cristo, los sufrimientos de Cristo, la resurrección de Cristo, las promesas de Cristo y la gloria de Cristo. Contemplamos lo que será estar finalmente en casa con Jesús, por fin, eternamente en el cielo. Esperamos ansiosamente el regreso de nuestro amado Señor, anhelamos ese día y aceleramos su venida (2 P 3:12). Con nuestras palabras y con nuestros corazones, decimos: "Ven, Señor Jesús”.
Hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación. (1P 1:6b-9)
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Escrito por Wendy Neill, Coordinadora de Avance del MHRH en Arkansas
Como sabrás, nuestro tema para este año como ministerio es "Comprometidas con Cristo, las 24 horas del día, los 7 días de la semana en el 2024". Este mes, estamos enfocadas en ser discípulas comprometidas.
Santiago, el hermano de Jesús, fue un líder prominente entre las iglesias del Nuevo Testamento. Escribió el libro de Santiago a los primeros cristianos, y comienza con una declaración bastante impactante: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas” (Stg 1:2 NVI). La alegría no es la emoción que suelo sentir cuando me enfrento a pruebas. Entonces, ¿por qué dice eso? Sigamos leyendo: “... pues ya saben que la prueba de su fe produce perseverancia. Y la perseverancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros sin que les falte nada” (Stg 1:3-4).
La alegría proviene de saber que esas pruebas hacen el importante trabajo de producir perseverancia, haciéndonos maduros y completos, para que no nos falte nada. Puedo emocionarme más con eso.
Pero lo que realmente aumenta mi gozo se encuentra más abajo en el versículo 12: "Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a quienes lo aman" (Stg 1:12). ¡Ahora estoy contigo, Santiago! Puedo ver el proceso y cómo puedo considerarlo alegría:
Compromiso con Cristo -> Pruebas -> Perseverancia -> Madurez -> ¡Corona de Vida!
En el capítulo cinco, Santiago vuelve a mencionar la perseverancia: “En verdad, consideramos dichosos a los que perseveraron. Ustedes han oído hablar de la perseverancia de Job y han visto lo que al final le dio el Señor. El Señor es muy compasivo y misericordioso” (St 5:11). Job pasó por pruebas extremas que espero que nunca tengas que enfrentar. Pero Santiago nos está recordando: ¡Pero mira lo que Dios hizo por Job al final!
Al igual que Santiago, creo mucho en tener el fin en mente, especialmente cuando se trata del Cielo. Cuando ponemos nuestros ojos, nuestras mentes y nuestros corazones en el "final del juego", es más fácil seguir poniendo un pie delante del otro en la fe. Mis versículos favoritos sobre la perseverancia son los versículos de "vencedor" en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis. Tómate un tiempo para leer esos dos capítulos y busca este modelo: "Al que salga vencedor, le daré_______". (NOTA: la RV1960 usa "quien venciere", mientras que otras versiones usan "quien salga victorioso").
Te abriré el apetito dándote la primera: "Al que salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios" (Ap 2:7b). Santiago nos dijo que recibiríamos la corona de la vida si perseverábamos, pero aprendemos de Juan en Apocalipsis que también comeremos del árbol de la vida en el Paraíso. ¡Definitivamente puedo sentir alegría cuando tengo ese final en mente! Sigue leyendo esos dos capítulos y encontrarás más promesas emocionantes para aquellos que venzan.
Todos enfrentamos pruebas que ponen a prueba nuestro compromiso con Cristo. A veces debemos perseverar a través de "grandes" pruebas:
- Confiando en Dios a través de un diagnóstico médico que pone nuestro mundo patas arriba.
- Sosteniendo Su mano a través de la muerte inesperada de un ser querido.
- Trayéndole nuestras dudas acerca de Sus planes.
A veces perseveramos a través de nuestras pruebas cotidianas y "mundanas":
- Evitar que esas palabras hirientes se escapen de nuestros labios durante una discusión.
- Apartar la mirada de las imágenes que corrompen nuestras mentes.
- Extender la gracia y la aceptación al compañero de trabajo con el que es difícil estar.
Grande o pequeña, Dios ve tu perseverancia y te recompensará.
¿Hay "grandes" pruebas a las que te enfrentas en este momento? ¿Con qué pruebas "mundanas" luchas? ¿Cuál de las promesas anteriores del "final del juego" te ayudaría a perseverar en tu compromiso con Dios?
"No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos" (Gál 6:9 NVI).