Escrito por Beliza Kocev, coordinadora del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Brasil
Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier otra cosa que digan más allá de esto proviene del maligno. (Mt 5:37 NVI).
Me bauticé al final de mi adolescencia y era la única cristiana de la familia. Tengo un hermano que es 12 años menor que yo y lo llevaba a la iglesia los domingos. En un culto, cuando mi hermano tenía 4 años, tenía dificultades para permanecer en silencio durante la Cena del Señor y la ofrenda... Así que le dije: “¡Si no te quedas callado, nos vamos a casa!”
Un querido hermano, que me ayudó mucho en mi camino cristiano, se volvió hacia mí y me dijo en voz baja para que mi hermano no me oyera: “¿De verdad te vas a ir a casa si él no se queda callado?”. Le respondí que no. Me orientó sobre la importancia de cumplir mi palabra, si digo que voy a hacer algo, tengo que hacer aquello a lo que me comprometí.
Mira, mi intención no era mala, yo era una joven inexperta de 16 años tratando de hacer que mi hermano fuera respetuoso durante el culto. Pero sabía que no iba a hacer lo que estaba diciendo.
¡Una de las cosas más asombrosas de Dios es que Él hace lo que Él dice! “Las cosas pasadas se han cumplido y ahora anuncio cosas nuevas; las anuncio antes que sucedan” (Is 42:9). Las profecías nos dan la confianza de que, así como Él cumplió lo que prometió al pueblo de Israel, también cumplirá lo que nos prometió a nosotros. ¡Imagínate experimentar las dificultades de ser cristiana y esforzarte por hacer la voluntad de Dios, negándote a ti misma, sin estar seguras de que podemos confiar en lo que nos prometió!
Dios es íntegro. La integridad es un principio moral. Ser íntegro significa que todas tus acciones y decisiones son coherentes y honestas. Podemos confiar en lo que Él dice: “La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras” (Sal 33:4).
Estas son algunas de las características de Dios que nos muestran que Sus palabras son honestas:
- Dios es verdadero.
Dios es verdadero; Él es la verdad misma. Dios es absolutamente digno de confianza y verdadero en todo lo que hace.
Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice? (Nm 23:19)
También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo, que es Dios Verdadero y vida eterna. (1Jn 5:20)
- Dios es fiel.
Dios es absolutamente digno de confianza. Sus palabras no fallan. Él muestra Su fidelidad al cumplir Sus promesas. Él nunca rompe un contrato consigo mismo o con Su creación.
Por tanto, reconoce que el Señor tu Dios es el único Dios, el Dios fiel, que cumple su pacto por mil generaciones y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos. (Dt 7:9)
¡Grande es su amor por nosotros! ¡La fidelidad del Señor es eterna! (Sal 117:2)
- Dios es inmutable.
Los atributos de Dios son inmutables, Él no cambia, no es incierto ni inconstante. Él es perfecto. Su constancia hace que Sus promesas sean firmes, trayéndonos seguridad y esperanza.
Toda buena dádiva y toda perfecta bendición descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y quien no cambia ni se mueve como las sombras. (Stg 1:17)
Yo, el Señor, no cambio. (Mal 3:6a)
- Dios es infalible.
Infalible significa que Él no falla, no comete errores. Como Dios es perfecto, ¡no falla!
Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros. (Ef 3:20)
Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. (Job 42:2)
Mi deseo es que te dediques a estudiar la Biblia cada vez más para descubrir las maravillosas palabras de Dios. Palabras de amor, guía, aliento, consuelo y bendición. Pero principalmente las palabras que traen salvación, las que presentan a Jesús, nuestro Señor y Salvador, el único camino a la vida eterna.