Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles
Escrito por Juaneylla White, miembro de la junta directiva del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Texas
¿Cómo seguimos Sus pasos hoy en día? Me han hecho esta pregunta antes.
Creo que, en su camino con el Eterno, muchas personas también se preguntan: ¿cómo puedo seguir los pasos de Jesús? Sin embargo, solo una introspección honesta de cómo estamos caminando hacia la eternidad nos impulsa a girar la llave dentro de nosotras mismas y buscar una dirección más asertiva, volviendo nuestros corazones para escuchar la voz de nuestro Pastor.
En Juan 10:27, Jesús declara:" Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen" (NVI). No siempre fui una oveja, pero desde muy temprana edad, la semilla de la fe había sido plantada en mi corazón. Me tomó casi dos décadas desde mis primeros años de vida entender que, para ser una oveja, necesitaba dejar que Jesús fuera mi pastor y que, para seguir Sus pasos, necesitaba calcular cuánto me costaría esta decisión.
Necesitaba entender que los dioses falsos necesitaban salir de mi corazón para que Jesús pudiera entrar y reinar, que yo era uno de esos dioses con mi propia voluntad y justicia que en realidad no eran más que trapos de inmundicia (Is 64:6). También necesitaba entender que, además de arrepentirme y reconocer mi desesperada necesidad de un Salvador, necesitaba negarme a mí misma, tomar mi cruz y seguirlo día a día.
Para mí, seguir los pasos de Jesús siempre ha significado caminar como Él caminó. Parece sencillo, pero no lo es tanto cuando la naturaleza humana quiere hablar más alto y lucha contra el espíritu. Vivir la vida en obediencia a la Palabra de Dios significa someterme a Su voluntad para mi vida. Veo que esto es mucho más que seguir reglas o completar una lista de quehaceres semanal, sino más bien un estilo de vida diario que no solo agrada a Dios, sino que Lo representa, Lo glorifica y Lo imita no solo en lo que me conviene, sino en lo que más desafía mi lado humano y carnal.
Es renunciar a mí misma y buscar la santificación todos los días. Es ser consciente de que, si me caigo, hay una mano que puede levantarme; hay un nuevo comienzo porque el perdón de Dios me está esperando. Seguir los pasos de Jesús es definitivamente ir a contracorriente de una sociedad caída y separada de Dios, entendiendo que mi camino (o el de cualquier cristiano sincero) hacia el cielo no es fácil, pero es posible gracias a Cristo y a Su Espíritu Santo que vive dentro de mí. Es entender que estoy en este mundo, pero no soy de aquí. Es ser como un niño en Su pureza sin ser infantil, sino servirle con entendimiento y discernimiento en mi corazón y mente. Cuanto más lo busco, más lo conozco, y más intimidad y comunión tengo y deseo.
El enemigo siempre ha utilizado estrategias para desviarnos del propósito de Dios y destruirnos, por lo que Jesús vino en nuestro nombre para destruir las obras del diablo y darnos vida, y vida en abundancia (Jn 10:10). Seguir Sus pasos es tener el privilegio de ser cristiana, de ser elegida, de ser una hija amada, redimida, aprobada, representante del cielo, mensajera de Su Palabra. Es servir y amar al prójimo sin caer en la trampa del rendimiento o del “merecimiento". Es vivir como alguien cuyo propósito en la vida son las cosas eternas, saber que soy una peregrina aquí y que mi patria es el cielo y ahí es donde está mi tesoro; ahí están los que me dejaron un legado de fe en Cristo. Seguir Sus pasos es caminar en obediencia y sumisión con la certeza de que, como coheredera de Cristo, un día estaré en Su presencia sentada a Su mesa, disfrutando de una comunión plena donde Lo veré cara a cara.
Seguir los pasos de Jesús en obediencia ha sido y sigue siendo la mejor y más importante elección que hago todos los días, ¡simplemente porque lo amo!
¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. (Jn 14: 21a)
Mi deseo es seguir siguiendo al Señor y animar a otros a hacer lo mismo. ¡Que Dios nos ayude!
- Detalles
Escrito por Kim Solis, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
Este año, el objetivo del MHRH es animar a las mujeres a ser sabias, oír la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Al hacer esto, edificamos nuestra casa sobre la ROCA (Lc 6:46-49).
La idea de la roca aparece muchas veces en las Escrituras. En Mateo 16:18 el nombre de Simón es cambiado por Pedro (que significa roca), y Jesús le dice que sobre la roca de su confesión de Jesús como el Cristo se edificará la iglesia. Años después, en su primera epístola, Pedro volverá a mencionar la roca.
En 1 Pedro 2, Pedro nos cuenta sobre la piedra viva y luego nos dice que somos las piedras vivas de una casa espiritual, unas que proclamarán Sus maravillas como extranjeros, unas que mantendrán su conducta ejemplar para que sus buenas obras se observen, Dios sea glorificado y los insensatos callados. Pero Pedro nos advierte que habrá momentos que tendremos que someternos a amos injustos, y que vamos a sufrir.
Es en este contexto en el que Pedro escribe las famosas palabras que se han convertido en títulos de libros (En sus pasos de Charles Sheldon es una novela interesante) y en iniciales sobre pulseras como con la campaña de “¿Qué haría Jesús?”.
Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes y les ha dado ejemplo para que sigan sus pasos. (1P 2:21, NVI)
¿Qué haría Jesús? Pues parece que Pedro pensó que a lo mejor preguntaríamos esto y nos contestó en los versículos siguientes. Aun al sufrir injustamente, no pecó. No habló con engaño. No respondió en enojo ni con amenazas. Simplemente confió en Aquel que juzga con justicia.
Jesús fue un revolucionario en aquel entonces, y Sus palabras siguen siéndolo hoy en día.
¡Pero se están aprovechando de mí! Camina una milla más (Mt 5:41).
¡Pero me están abofeteando verbalmente con burlas y acusaciones! Pon la otra mejilla (Mt 5:39).
La política, las opiniones, las leyes, las redes sociales – nuestro mundo está más dividido que nunca (o por lo menos así lo parece). Trata a los demás como quisieras que te trataran a ti (Lc 6:31). Ama a tu prójimo como a ti mismo (Mr 12:31). No importa quienes sean, qué crean o cómo actúen. Ama a tu enemigo (Lc 6:35).
Anda como Él anduvo. Trata a los demás como Él los trató. Ama como Él amó.
Con el crecimiento de las redes sociales a menudo decimos que “seguimos” a alguien cuando en realidad lo único que hacemos es observar lo que hacen o dicen y darle un “me gusta” para mostrar nuestra aprobación. A veces, si realmente admiramos a la persona, puede ser que compremos un producto que promocionan, veamos una película donde salen, o tal vez compartamos una frase que usan o adaptamos nuestra moda de acuerdo con la suya. Pero eso es todo lo que hacemos para “seguirles”.
Pero ¿qué pasaría si te contrataran para interpretar a esa persona en una película? ¿Qué harías para estudiar su voz, hábitos y costumbres? Si realmente quisieras representar una actuación digna de recibir un Óscar, tendrías que hacer creer al público de que están observando a la persona original y no simplemente cualquier fanático.
En 1 Corintios 11:1, Pablo dice: “Imítenme, así como yo imito a Cristo.”
Imitadores. Seguidores que caminan en las huellas exactas, con las mismas acciones, las mismas palabras y actitudes.
Yo deseo ser una mujer sabia que edifica su casa sobre la Roca, ¿y tú?
Aferrémosnos a la Piedra Viva, permitiéndole edificarnos como una casa espiritual, glorificando a Dios con Su luz brillando en nosotras.
Estamos personificando a Jesús ante el mundo y cuando nos ven, no deben simplemente ver a un ávido fanático, sino deben decir: “Parece Kim, pero no actúa para nada como ella. ¡Si no la conociera, diría que estoy viendo a Jesús!”
Permíteme dejarte con los Elementos Comunes para considerar:
- ¿Qué falta en tu representación para que refleje a Jesús al mundo?
- ¿Hay algo en tus propias acciones o actitud que sigue apareciendo e impidiendo tu imitación de Cristo?
- ¿Cómo puedes estudiar mejor a Jesús para poder representarlo mejor ante la gente a tu alrededor?