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Cuando estaba en la escuela secundaria, la compañía por la cual trabajaba mi papá tuvo un picnic para las familias. Había juegos y actividades para toda edad, pero la parte que me acuerdo más fue el sorteo o la rifa.
Como una familia de seis, tuvimos mayor chance de ganar que las familias más pequeñas. Al esperar la llamada de los números, mis hermanas y yo hablamos de los artículos deseados: un televisor grande, un teléfono inalámbrico de dos líneas, y otras cosas populares a principio de los años 90.
Jamás soñamos con ganar, pero fue divertido esperar que llamara uno de nuestros números antes de llegar al momento en que nada más quedaban las gorras y tazas.
Y de repente, pasó. Era como el séptimo número llamado y las chicas nos emocionamos al pensar en ganar.
Mi papá volteó y dijo a mi mamá, “Escoge lo que quiera.”
Mi mamá volvió con una batidora de base Kitchen Aid® en sus manos. Nosotras, las adolecentes y pre-adolecentes murmuramos y empezamos a quejarnos de su elección. Mi papá nos calló con dos observaciones:
“Primero, Uds. van a sacar más provecho de esa batidora que de cualquier otra cosa en la mesa. Además, deben recordar que si la mamá no está feliz, no hay nadie feliz.”
Las palabras sabias de mi papá se afirmaron con el tiempo. A lo largo de los años, cada una de las hijas llegamos a tener nuestra propia batidora Kitchen Aid® y hemos observado la verdad de la expresión, “Si la mamá no está feliz, no hay nadie feliz.”
¿Encuentras esa verdad en tu casa?
¿Cómo puede tu salud espiritual afectar positivamente la felicidad de tu familia?
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Hacemos muchas cosas a la vez. Compaginamos las varias responsabilidades familiares con las otras responsabilidades de la vida. Lo hacemos con gracia y estilo. Pues, quizás nos falta la gracia y el estilo es anticuado.
Pero en medio de las vidas complejas que tratamos de manejar, nuestra salud es una de las primeras prioridades que se nos escapa.
La salud espiritual de la mujer está íntimamente conectada a la salud física, la salud mental, la emocional, y la salud de la familia.
¿Cómo te sientes cuando tienes hambre? ¿Te falta más la paciencia?
Y si has tenido un día estresante… ¿Te cuesta confiar en Dios?
¿Qué tal la depresión y el desánimo? ¿Cuándo sufres de ellos, te dificulta el regocijarse en todo?
Y finalmente, si un miembro de la familia está de mal salud, ¿Cómo afecta tu fe?
La salud espiritual de la mujer no se puede separar de los otros aspectos de la salud de la mujer. Y por lo tanto, vamos a explorar las varias facetas de la salud de la mujer en este mes enfocado en la salud espiritual de la mujer.
¿Cuál aspecto de tu salud está afectando más a tu salud espiritual actualmente?