En cada relación, tenemos la oportunidad de ser transformadas—para bien o para mal. Obviamente, nuestra relación con Dios nos transforma, pero las relaciones que tenemos que nuestras hermanas en Cristo también nos transforman. ¿Y la buena combinación de esas transformaciones? La oración: comunicación con Dios en comunión con otros.
Te invito a esa doble transformación y apoyo a través de los elementos comunes para finalizar el mes de enfoque en la transformación.