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Conocí a la hermana, Norma, en abril cuando estuve en Sacramento, California, para la conferencia de la mujer maravilla. Tuve el privilegio de compartir unas clases en inglés durante la conferencia y luego, el domingo por la mañana, pude también compartir sobre el Ministerio Hermana Rosa de Hierro con las hermanas hispanas durante la escuela dominical.
Norma se inspiró de tal manera que escribió un poema que compartió con las mujeres presentes para la confraternidad de damas el día sábado, 27 de junio, en la Iglesia de Cristo Parkway, donde serví como expositora.
Les comparto su poema aquí para que también puedan apreciarlo y ser inspirados por lo que Dios hace en la vida de cada una de nosotras.
Jesucristo la dádiva de vida
Era un pequeño capullo, rodeado de muchos espinos
Confiado iba por el mundo queriéndolos evadir,
A cada paso que daba, su corazón se marchitaba,
Su vida se ahogaba y apagaba a causa de cada espina clavada.
Aquel pequeño capullo que solo andaba en el mundo,
Rodeado de duros espinos que el enemigo clavó
Mi Cristo lo rescató. Pues una senda de espinos
En su camino halló y limpió, aquel pequeño capullo
Marchito, marchito por el dolor, mi Cristo vino a llamarle,
Sanarle y darle una vida mejor.
Señor, Señor mío, a tu llamado yo voy
A una senda gloriosa y llena de compasión.
Señor, Señor Jesucristo gracias por derramar su amor y perdón
Sobre este pequeño capullo que en bella rosa se convirtió,
Fuerte como el hierro, gozosa y triunfadora
Frente a las adversidades que el camino de espinos les causó.
Ahora, en rosa de hierro que con mucho amor
Cristo transformó, camina en la vida sirviendo al Señor, y
Orando con fe por todo capullo que mira
Marchitado y quebrantado por el dolor,
Para que también sean convertidas por el poder de Dios
En hermosas rosas de hierro al servicio de Dios.
Hermanas rosa de hierro, amorosas, virtuosas,
Hermosas, gozosas y triunfadoras,
Valientes y generosas. Sigamos sirviendo
En todo momento a nuestro Señor y Dios, Amen.
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Escrito por Katie Finch
Hace una semana estaba luchando con la idea de estar cómoda. Había estado en Colorado por una semana para servir como interna para el MHRH cuando me hicieron mucha falta la familia y los amigos familiares. Antes de llegar a Colorado, estuve en mi casa por sólo una semana después de haber regresado de tres meses en Chile con un programa de estudiar en el extranjero. Este anhelo de estar con la familia no es raro, pero esta fue la primera vez en mi vida que entendí lo que Jesús estaba diciendo cuando nos mandó a negarnos y tomar nuestra cruz para seguirle (Mateo 16:24).
La vida a la que Él nos llama tiene la intención de estirarnos y llevarnos fuera de nuestra zona de comodidad. Pero todavía luchaba entender cómo le pudiéramos servir mejor si estamos nerviosos o tenemos miedo porque no sentimos seguro en dónde estamos o en lo que estamos haciendo. En este tiempo de incomodidad, Dios me mostró su consuelo. Tuve un grupo de amigas de mi universidad que empezó un grupo de oración por los mensajes de texto y pude compartir mis luchas. Recibí inmenso amor y ánimo de ellas. Más tarde esa noche, fui a una casa para una reunión de la iglesia llena de personas amorosas y apasionadas que me recordaron del gozo que se puede recibir de Dios solo por la comunión con Él y su gente. Sí, Dios quiere que vivamos vidas que no están basadas en este mundo y que nos empujan a lugares a dónde nunca hubiéramos ido, pero también quiere que sepamos que podemos encontrar el verdadero confort en su amor, su gracia, y su poder.
C.S. Lewis dijo una vez que “En religión….consuelo es la única cosa que uno no puede obtener buscándolo. Si usted busca la verdad, usted puede encontrar consuelo al final; si usted busca comodidad usted no recibirá ni comodidad ni la verdad, únicamente jabón suave y un mero deseo al comenzar, y al final, la desesperación”
Te desafío hoy a mirar tu propia vida y a hacerte estas preguntas:
¿Cuán cómoda te sientes con estar incómoda?
¿Cómo te empujas fuera de tu zona de comodidad para Dios?
¿Hay cosas en tu vida en las cuales pones tu confort como más alta prioridad que el depender de Dios?
No es malo encontrar consuelo en las cosas a nuestro alrededor, pero PRIMERO debemos de encontrar el verdadero confort en nuestro Dios y Salvador, antes que cualquier otra cosa, porque este mundo no es nuestro pueblo y no debemos conformarnos a él.
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
-Romanos 12:2 (NVI)