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Durante este mes, en honor al nuevo libro (En la mano derecha de Dios: ¿A quién temeré?), hemos combinado el tema del mes (la paz) y el tema seleccionado para el mes que viene. “En las manos del jardinero divino” es el tópico que vamos a explorar en el mes de septiembre, y además, es el tema para el Retiro al destino el primer fin de semana de octubre, en Larkspur, Colorado.
Todavía quedan unos puestos para el retiro y nos encantaría que nos acompañes para el evento. Se va a realizar la mayoría del retiro en inglés, pero va a ver grupos pequeños en español y algunos otros elementos en español también. Para más información, contáctanos por favor! (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
Sin embargo, en vista de los temas combinados, quiero resaltar la paz que sólo se encuentra en las manos del jardinero divino.
Sólo el príncipe de paz puede hacer posible una paz que sobrepasa todo entendimiento y que guarda nuestras mentes y corazones. Y yo sólo la veré a distancia si no entrego mi vida en sus manos – corazón, mente, alma, y fuerza.
Tengo paz cuando me siento segura – segura porque estoy confiando plenamente en Dios, dejando mi vida y las vidas de los que amo en sus manos.
El afán, el estrés, las dudas, y la ansiedad me roban la paz. Esas cosas me abruman cuando he retomado mi vida en mis propias manos. Cuando la vuelvo a entregar en las manos de Dios, me vuelve la paz que sobrepasa todo entendimiento.
Es así de sencillo – entregamos nuestras vidas en las manos de Dios y nos llena de una paz inmediata y duradera. ¡Inténtalo e invita a otro a que haga lo mismo!
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¿“Perdonar y olvidarlo”? o ¿”Engáñame una vez, culpa tuya. Engáñame dos veces, culpa mía”? ¿Cuál es correcto?
El perdón es complicado. Satanás distorsiona nuestra definición de él. Trata de minimizar el perdón de Dios. Y confunde nuestro entendimiento de lo que significa perdonar a otros.
Hoy, te quiero recordar de la paz que viene por el perdón verdadero.
El estado de paz para quienes han sido perdonados y quienes descansan en ese perdón es tan profundo que sólo se entiende al probar el perdón verdadero de Dios.
En Cristo, ya no estamos atados por nuestros pecados. Hemos sido perdonados y liberados de su engaño. Por lo tanto, podemos ofrecer ese perdón a otros.
El estado de paz para quienes han perdonado y quienes pueden descansar confiando en nuestro Padre misericordioso es alcanzable también.
¿Has probado la paz que viene por el perdón? ¿Crees que es posible?