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Acelerada. Nerviosa Estresada. Abrumada. Inquieta. Temblada.
Se puede usar esas y otras palabras para describir cómo me siento cuando estoy ansiosa. Y dado que en los EEUU, estudiantes, maestros, y padres están por empezar el año escolar nuevo, abundan los emociones ansiosas para muchos.
¿Qué haces cuando estás ansiosa, llena de afán? No es tan fácil como decir, “No se inquieten por nada…” Sin embargo, Filipenses 4:6-7 no termina allí. “…más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.”
¿Y la promesa? “La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
Al decir que no debemos inquietarnos por nada, Pablo reconoce que es una lucha real, pero responde al desafío con una receta para la paz.
Podemos transformar nuestros pensamientos de afán a oraciones de afán que luego se conviertan en oraciones de paz.
El tiempo en oración con nuestro Padre celestial nos restaura y nos renueva.
¿Cómo describes a tus oraciones hoy? ¿Más de afán o de paz? Pablo extiende una invitación a la transformación – hecha posible cuando, en toda circunstancia, con acción de gracias, presentamos nuestras peticiones a Dios.
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Como hijas del Rey, sostenidas seguramente en su mano derecha, ¿a quién temeremos? ¡No temeremos a nada ni a nadie! Afirmado por una linda
descripción de nuestro Padre celestial que trasciende los Antiguo y Nuevo
Testamentos, la diestra de Dios es un lugar especial de honor donde él
demuestra poder y autoridad, promete protección y salvación, y provee una fuente de fuerza. Además, la diestra justa de Dios es donde Jesús se sienta para
interceder por nosotros.
Son verdades de las cuales podemos depender. Su mano derecha es donde podemos descansar, seguras en la protección que provee, libres de temor, y
llenas de esperanza.
Me gustaría compartir con ustedes la canción que escribí en mi último año de la universidad. Es una invitación y una oración para tomarnos de la mano con Dios y las unas con las otras en el camino.
Tomemos la diestra de Dios
¿Piensas en mí y oras por mí
tal como yo hago por ti?
Separadas por tiempo y distancia,
es lo único que podemos hacer.
Coro:
Nuestras vidas están en la mano de Dios.
Él está en control.
Con tantas cosas alejándonos,
tomemos la diestra de Dios.
Dios es nuestro Padre común,
el vínculo es más que amistad.
Y por la sangre de Jesús,
la hermandad perdura.
P.D. Hoy también felicito a mi madre, Jocelynn Goff, en el día de su cumpleaños.