Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles
¿Qué es la oración? ¿Levantar palabras a Dios? ¿O es comunión con Dios?
¿Hay una diferencia entre hacer una oración y orar? ¿Hay una diferencia entre rezar y orar?
Enseñamos a los niños a orar y lo que empieza como una oración repetida, esperamos que luego se convierte en una oración sincera a Dios, en una relación basada en la oración, en un buen ejemplo de “orar sin cesar” como dice las escrituras. La oración es más un estilo de vida que un evento.
Entonces, pregunto, ¿debemos fingirlo hasta que ya sea sincero? ¿Qué hacemos cuando no sabemos qué orar?
El actor, Cary Grant, dijo, “Si no tienes fe, ora de todos modos. Si no entiendes ni crees las palabras que oras, ora de todos modos. La oración puede ser el inicio de fe, especialmente si oras en voz alta. La oración más imperfecta es un intento relacionarse con Dios.” ¿Estás de acuerdo? Yo, ¡sí!
Y una de las maneras en que podemos orar usando palabras que nos llevan a una fe más profunda es orar usando las escrituras. Es cierto que el Espíritu interpreta los gemidos que no podemos expresar (Rom. 8:28), pero también tenemos las oraciones de otros que pueden expresar lo que no sabemos cómo decir.
Aquí hay unos ejemplos de los Salmos:
¿Angustiada? Salmo 4:8
En paz me acuesto y me duermo,
porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.
¿Agradecida a Dios? Salmo 100
¿Sola? Salmo 23:4
Aun si voy por valles tenebrosos,
no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta.
¿Arrepentida? Salmo 51
¿Impaciente? Salmo 27:4
Pon tu esperanza en el Señor;
ten valor, cobra ánimo;
¡pon tu esperanza en el Señor!
¿Qué otros ejemplos tenemos de oraciones que podemos aprovechar y repetir de la Biblia?
- Detalles
Me encanta escuchar a los niños orar. Sus peticiones sencillas y la fe de los niños me recuerda que no hay una oración demasiado pequeña ni demasiado grande para Dios.
“Dios, gracias por mi familia. Y mi perro. Y mi cobija. Y mis Legos. Y mi comida. Y mi jugo…”
“Dios, por favor, sana a mi abuela. Está enferma y eso hace triste a mi papá.”
“Dios, por favor, haz que los monstruos se vayan. Me dan miedo.”
“Dios, gracias por mis zapatos nuevos que me ayudan a correr súper rápido.”
“Dios, mi perrito está perdido. Y extraño mucho a mi perrito. Quiero que vuelva a casa. Por favor, cuídalo y tráelo a casa de nuevo.”
“Dios, por favor, ayúdame a obedecer a mi mamá y a mi papá. A veces, es difícil, pero cuando desobedezco, ellos se ponen tristes.
La honestidad, vulnerabilidad y confianza que un niño pone en Dios por sus oraciones sencillas son un tremendo ejemplo del espíritu con el cual debemos acercar a nuestro Padre Celestial.
Aquí les doy unas cosas que he aprendido de las oraciones llenas de mucha fe que hacen los niños:
No hay nada insignificante por el cual podemos dar gracias a Dios.
Dios es el mejor Sanador y el Gran Médico.
Dios nos acompaña en nuestro dolor.
Dios nos protege y calma nuestros temores.
Dios se regocija con nosotros en las cosas pequeñas.
Dios anhela que todos los que amamos lleguen a morar con Él.
Dios honra nuestras confesiones de pecado, nos perdona, y nos fortalece para no volver a pecar.
¿Qué es lo que te enseñan las oraciones de los niños sobre cómo es Dios y cómo le acercas en oración?