Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles
Ver el Gran YO SOY con claridad
Escrito por Kara Benson, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
Hace unos meses, recibí la bendición de ir al retiro del Ministerio Hermana Rosa de Hierro. ¡Estar rodeada de tantas hispanohablantes fieles fue una experiencia increíble! A mí me encantó conocer, aprender de, y crecer con esas cristianas. Escuchar a sus testimonios personales me dio ánimo y la adoración bilingüe me revitalizó.
En una de sus presentaciones, Michelle dijo algo importante: el <yo> minúscula impide ver al Gran <YO SOY>. Esta declaración permaneció en mi mente. Cuanto más lo consideré, tanto más me di cuenta de su verdad. ¿Cuántos problemas son creados – directa o indirectamente – por interponerme?
Un buen ejemplo de este obstáculo está en el matrimonio. Yo amo a mi esposo. Compartimos muchas creencias, valores, opiniones, e intereses. Sin embargo, no significa que él es yo. Pero muchas veces, se me olvida de esto. Espero que él piense, sienta, y reaccione en la misma manera que yo. Espero que él priorice, planee, organice un armario, llene el lavaplatos, controle el nivel del termostato, y adorne el árbol de Navidad en la misma manera que yo. Y créame, ¡hemos tenido nuestra parte justa de conflictos por eso!
Puede ser lo mismo con Dios. A veces, se me olvida que Dios no es como yo. Sé que Él es creativo por medio de sus obras maestras en la naturaleza. Sé que Él desea relaciones por medio de Su carta de amor escrita en tres idiomas. Sé que a Él le importa el trabajo duro y el descanso por medio de los seis días de creación, seguido del Sabbat.
Pero Dios no es como nosotros (Salmo 50). Nunca tiene hambre; de hecho, no necesita nada. El mundo entero y todo lo que está en él pertenecen a Él. Dios es santo. Nunca está indiferente al pecado, aunque tenemos tiempos difíciles para continuar viéndolo con seriedad. La palabra de Dios juzga los pensamientos y actitudes del corazón, aunque no podemos juzgarnos a nosotros mismos, y mucho menos a nuestro vecino. Dios siempre nos ama, aun cuando los demás nos decepcionan. Las personas no siempre toman decisiones con nuestros mejores intereses en mente, pero Dios siempre busca nuestro bien en el largo plazo. Queremos el perdón sin un cambio de comportamiento, las bendiciones sin obediencia, y el amor sin un sacrificio, pero Dios no. El Señor es compasivo, misericordioso, cariñoso y un fuego incontenible que aborrece el pecado y destruye a sus enemigos. Entender esto es difícil para mí.
No nos acercamos a Dios al investigar en lo profundo de nosotros mismos ni al internalizar las enseñanzas humanas. Cuando tratamos de ver a Dios a través de nuestros propios lentes, inevitablemente haremos a Dios de acuerdo a nuestra propia imagen. Para ver al Gran YO SOY con claridad, debo quitarme del cuadro. Debo dejar de proyectarme y hacer que Dios encaje en mis planes para permitirle a Él revelarse a sí mismo a través de Su palabra. Estamos en el año 2020. ¿Estás viendo con claridad?
- Detalles
¿Puedo verdaderamente conocer a Dios sin verle en Su Palabra? En los Antiguo y Nuevo Testamentos, llegamos a conocer quién es Dios y cómo trabaja. Vemos qué le importa y dónde pone Sus prioridades.
Toda la historia de las Escrituras es una ventana que nos revela el carácter de Dios y cómo, por Su amor infinito, nos persigue sin cesar.
Dios comienza como el Creador (Gen. 1) y de una vez vemos cómo reacciona al pecado (Gen. 3 y 6). Y aunque quizás no entendemos bien cómo encaja todo en el resto del libro de Génesis, podemos ver las promesas de Dios, como las que hizo con Abraham (Gen. 12). Y luego reconocemos cuando se cumplen.
Vemos también como Dios sigue en control de todo, aun cuando otros tratan de echarlo todo a perder, como los hermanos de José (Gen. 50:20).
Y porque vemos el libro de Génesis repleto de una cantidad de ejemplos de personas imprefectas por las cuales Dios trabajó, ese libro me abrió los ojos de entendimiento para comprender la gracia de Dios cuando lo estudié hace unos años.
En Éxodo, vemos a Dios como Redentor de Su pueblo, una sombra de Cristo como Redentor. Dios comparte Sus mandamientos a través de Su siervo Moisés para que el pueblo pueda entender Su santidad y ser santo, llamados aparte para un propósito en un mundo de naciones con dioses paganos.
Dios les guió como el Buen Pastor en el desierto y a la Tierra Prometida, aun cuando no lo merecían.
Una y otra vez, por los profetas, vemos a Dios anhelando que Su pueblo vuelva a Él, que le llame, que se arrepienta, y acudir a Él.
Pero ese ciclo vicioso de amor, rechazo, arrepentimiento, y redención no es exclusivo a los israelitas.
Le fracasamos una y otra vez, pero Su amor nunca falla. Dios es amor (1 Jn. 4:8). Y de Su gran amor, mandó a Su Hijo como sacrificio perfecto (Jn. 3:16, Heb. 10:10). Dios se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn. 1:14).
Cristo se murió, fue sepultado, y el tercer día fue resucitado para que nosotros también pudiéramos morir, sepultarnos con Él en el bautismo, y resucitar en novedad de vida (Rom. 6:4).
Además, Dios nos ama demasiado para dejarnos tal y como somos. Es un transformador de vidas y redentor de almas. Nos dejó Su iglesia como un apoyo mientras trabajamos juntos (Rom. 12 y 1 Cor. 12), y como instrumento por el cual se proclama las buenas nuevas, hasta enviando a los que predican (Hch. 13:1, 15:3).
Nos reunimos en Su nombre para tomar el pan y el vino, proclamando la muerte de Jesús hasta que Él venga (1 Cor. 11:26). Hasta ese momento, nos espera en los cielos para hacernos una morada allí (Jn. 14:1-4), pero eso no implica que deja de ser vivo y activo, trabajando por el Espíritu Santo y la Palabra para revelar la verdad, transformar, recordar, y sanar.
¡Qué bendición conocer a Dios más a través de las Escrituras!
¿Necesitabas este recordatorio de estas cosas que quizás ya sabías de Dios, pero que se te habían olvidado? ¿Qué características faltan? Hay tantas maravillas de Dios para compartir, así que te invito a participar en la conversación y resaltar tu faceta favorita de Dios, revelada en la Biblia.