Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles
Dios nos diseñó para estar en relación; fuimos hechos en Su imagen.
Dios nos dio Su cuerpo, la iglesia, como una oportunidad para trabajar juntos en comunidad.
No importa si eres introvertida o extrovertida, nadie fue diseñado para vivir en aislamiento. Las partes pequeñas se necesitan.
Un bebé muere sin el toque físico de otros. Una adolescente anhela sentir como parte de un grupo o de la familia, aunque se aleja o dice algo al contrario.
Una de las herramientas más efectivas de Satanás es el aislamiento.
No estoy ignorando nuestra necesidad del tiempo a solas. El mismo Jesús lo necesitaba y seguimos Su ejemplo.
Sin embargo, cuando nos aislamos, no estamos cumpliendo nuestra parte, no importa lo pequeña que sea. Cuando nos quedamos sin reunirnos, nos podemos perder en nuestros propios pensamientos y el espiral negativo que nos baja el ánimo. No podemos servir a otros ni dejar que ellos nos sirven. Pensamos que podemos o debemos hacer las cosas por nuestra propia fuerza.
El aislamiento facilita malos patrones espirituales. Y no podemos cumplir con nuestra parte pequeña.
Vamos a romper este ciclo vicioso. Sal de la casa. Adora a Dios. Sirve. Ora con otros. Invita a alguien para estudiar la Biblia. Reúnete con alguien para tomar un café y compartir un versículo de la Biblia que te haya animado esa semana. Manda un mensaje de texto que anima a otra.
Vamos a vivir en el cuerpo de Cristo y mejorar nuestra salud espiritual. Nunca fuimos diseñados para hacerlo a solas. Dios te invita a ser y hacer tu parte pequeña. ¡Te necesitamos!
Hebreos 10:23-25
23 Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. 24 Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. 25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
- Detalles
Ojalá pudiera acompañarte el viernes, pero tengo que trabajar.
Ojalá pudiera darte dinero en apoyo, pero se nos rompió la tubería en el baño y la tuvimos que arreglar.
Ojalá pudiera visitar a las cinco personas que están en el hospital, pero sólo pude visitar a una. ¿Estoy mostrando favoritismo?
Ojalá pudiera hacer torta casera y una comida saludable para la clase de mi hijo, pero sólo llevé unas zanahorias y un paquete de galletas.
¿Te has sentido culpable por no hacer lo suficiente? ¿Te sientes juzgada por otros por hacer lo incorrecto?
Nadie lo puede hacer todo. No somos la mujer maravilla y tampoco se espera que seamos.
Y sólo Dios conoce nuestro corazón y las motivaciones.
Vamos a ver la siguiente historia en Marcos 14:3-9.
3 Y estando Él en Betania, sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso de nardo puro; y rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. 4 Pero algunos estaban indignados y se decían unos a otros: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? 5 Porque este perfume podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y dado el dinero a los pobres. Y la reprendían. 6 Pero Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la molestáis? Buena obra ha hecho conmigo. 7 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros; y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. 8 Ella ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. 9 Y en verdad os digo: Dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que esta ha hecho, para memoria suya.
En memoria y en honor a esta mujer, vamos a celebrar a los que hicieron lo que se podía. Jesús te ve. Cuando dudas de ti misma y cuando te sientes juzgada por otros, recuerda esta afirmación, “Ella ha hecho lo que ha podido.” Permite que tu mejor esfuerzo sea suficiente porque Dios es el que conoce tu corazón y es el único que es autosuficiente. Él se encarga de cualquier cosa que queda pendiente. Dios ha hecho lo que ha podido para hacer posible que hagamos lo que podemos.
No te desanimes si te sientes que lo único que puedes hacer es una pequeña parte. De poco en poco se ve la diferencia y juntos, por Cristo, podemos todos hacer lo que se puede.