Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles
Escrito por Michelle J. Goff, Fundadora y Directora ejecutiva del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo. Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto. (1Pe 1:17-19)
En el capítulo siguiente, el apóstol Pedro anima a sus amigos, el pueblo de Dios, a vivir sus vidas como extranjeros y peregrinos (1Pe 2:11). Deseos pecaminosos nos rodean, bombardean, imploran, distraen, confunden y nos agotan. Sin embargo, también atacan de maneras más sutiles y engañosas.
Mientras vivía como extrajera en otro país, especialmente al principio, fue obvio inmediatamente lo que pertenecía a la cultura local y lo que correspondía a mi país natal. Confrontada con mis predisposiciones culturales, fui forzada a salir de mi comodidad. Fue desafiante determinar cuándo estaba aferrada a mi propia perspectiva, en cuáles áreas estaba incómoda sólo porque eran distintas y cuáles cosas sí estaban basadas en una meta de vivir una vida del Reino.
La oración fue mi cuerda de salvavidas de apoyo y guía. No navegué las cosas perfectamente, para nada. Con el tiempo, asimilaba a la cultural local y prestaba menos atención para identificar cualquier distinción importante. Necesitaba ser intencional para anhelar vivir no como una norteamericana en un país de Sudamérica, sino como una extranjera cristiana redimida, viviendo en este mundo perecedero y quebrantado.
Nuestro tiempo aquí en la tierra es corto, un vapor o una niebla (Stg 4:14). Somos un solo punto en una línea de tiempo. El tiempo del Reino y la vida del Reino mantienen en perspectiva la trayectoria de nuestras vidas y cómo las vivimos.
El tiempo del Reino “aprovecha al máximo cada momento oportuno” (Col 4:5).
La vida del Reino tiene una “mente gobernada por el Espíritu” (Ro 8:6).
El tiempo del Reino late al ritmo de la eternidad que Él ha puesto en la mente humana (Ec 3:11)
La vida del Reino muere a sí mismo y vive por Cristo (Lc 9:23-24; Gá 2:20).
El tiempo del Reino va y hace “discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que [Jesús] les ha mandado a ustedes. Y les aseguro que [Jesús] estará con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mt 28:19-20).
La vida del Reino “por fe anda, no por vista” (2Co 5:7 RV60).
Hermanas, recordemos y proclamemos: “Soy una extranjera viviendo en el tiempo del Reino.”
¿Cómo vas a usar tu tiempo del Reino para andar totalmente en la vida del Reino?
- Detalles
Escrito por Jocelynn Goff, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro y Michelle J. Goff
Cuando se le preguntó a Jesús cuál era el mandamiento más grande, respondió: " Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Mc 12:30 NVI).
Si este es el mandamiento más importante, ¿cómo mantenemos el compromiso de hacer esto día tras día, momento tras momento? Para este artículo, me voy a centrar sólo en el aspecto de la fuerza de este comando.
Cuando me he sometido a pruebas de personalidad, suelo dar un resultado muy alto de fidelidad. Esto puede hacer que mi fuerza de compromiso en algunas áreas sea más fácil, ya que es más natural para mí. Sin embargo, todavía hay personas y situaciones en las que mi rasgo de personalidad de lealtad nunca será suficiente. Entonces me enfrento al reto de necesitar ayuda para mantener mi compromiso y, a veces, honestamente, también mi cordura.
En situaciones como esta, ¿cómo mantengo mi compromiso? ¿De dónde saco ese compromiso? Mi respuesta siempre debe ser que miro al Señor y a Su Palabra porque Él promete responder. Esta promesa se encuentra en el Salmo 29:11: " El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz".
De hecho, Él está buscando a aquellos a quienes dar Su fuerza. Encuentro esta promesa en 2 Crónicas 16:9: "El Señor recorre con su mirada toda la tierra y está listo para ayudar a quienes le son fieles".
Por lo tanto, mi primer pensamiento y acción debe ser mirar a mi Señor en busca de fuerza. Él me lo promete, como Su hija, y debo aprovechar ese hecho y depender de él, especialmente, ya que mi propia fuerza a menudo no es suficiente para enfrentar el desafío del compromiso de amar a mi Señor con todo mi corazón, alma, mente y fuerza. Mi propio corazón, mi alma, mi mente y mis fuerzas fallarán. Un ejemplo bíblico de esto es Pedro. Jesús le advierte a Pedro que su compromiso fracasará, pero le da esperanza. Esta esperanza se expresa en Lucas 22:32 cuando Jesús dice: "Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos". Pedro fue puesto a prueba y fracasó, pero Jesús sabía que se daría la vuelta. Entonces Jesús le dio a Pedro una tarea que hacer: fortalecer a sus hermanos.
Y podemos tener amigos cristianos de confianza para que nos ayuden a fortalecernos. A medida que me doy cuenta de un déficit en mis fuerzas, puedo pedir ayuda a una amiga guerrera de oración de confianza. Sin embargo, es fácil acercarse a esa amiga antes de orar por la fuerza de Dios. Así que recientemente me he estado desafiando a mí misma a orar primero sobre una situación antes de llamar a una de mis amigas guerreras de oración. Esto me pone en el estado de ánimo correcto, dirige mi enfoque y perspectiva, y me da Su sabiduría y Su perspectiva. Tal como se le animó a Pedro a hacer, mis amigos pueden ayudarme a fortalecerme, pero he hecho que sea una prioridad buscar al Señor primero antes de acercarme a mis amigos. Después de todo, es Su fuerza y energía lo que necesito. Colosenses 1:29 habla de "... fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí".
El apóstol Pablo entendió de dónde venía su capacidad de estar contento en todas y cada una de las situaciones cuando dijo: " Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil 4:13).
Cuando recibo Su fuerza para cumplir con mi compromiso, entonces me regocijo. Lo escribo en mi diario de agradecimiento. Estoy contando mi historia de Dios a los demás. Estoy cantando como dice 1 Crónicas 16:9: " ¡Cántenle, entónenle salmos! ¡Hablen de todas sus maravillas!". Las canciones específicas que me vienen a la mente incluyen la letra de La bondad de Dios de Jenn Johnson y Bethel Music: "En mi vida has sido bueno, en mi vida has sido tan, tan fiel. Con mi ser, con cada aliento, yo cantaré de la bondad de Dios". Otro es Dios eterno, escrito por Chris Tomlin: "Fuerzas das al que espera en ti, Señor, al que espera en ti, Señor".
¿Cuáles son los desafíos que están debilitando tu fuerza de compromiso con nuestro Señor? Recuerda la promesa en el Salmo 29:11: "El Señor fortalece a su pueblo". Por lo tanto, Él está listo, dispuesto y fiel para proveer la fortaleza que necesitas.