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Escrito por Katie Forbess, voluntaria y Presidenta de la Junta de Hermana Rosa de Hierro en Missouri
Como el hierro se afila con hierro,
así un amigo se afila con su amigo.
(Pr 27:17)
Al mirar los blogs anteriores en el sitio web del MHRH sobre los que he escrito o de los que he formado parte, veo la base de las notas que he estado escribiendo para este blog. Es un recordatorio reconfortante de que Dios ha estado trabajando constantemente de la misma manera a través de mi compromiso con el Ministerio Hermana Rosa de Hierro a través de las relaciones, la oración y la confianza en Él.
Si me preguntas cuál es el mayor compromiso con mis Hermanas Rosa de Hierro, te diré que es en oración. ¿Por qué? Porque todas las demás cosas que hago tienen la posibilidad de fracasar. A alguien no le gustarán las palabras o las Escrituras que comparto o el don que he elegido. Los defraudaré con mi abrumadora humanidad. Pero a través de la oración, Dios usa mi santidad para bendecirlos. El Espíritu intercede por ellos como lo hace por mí. Con todos los gemidos y la falta de palabras, Él comunica el clamor del alma al Padre.
Las acciones son imprescindibles, y escuchar y seguir los impulsos del Espíritu para actuar son esenciales (Llamadas a escuchar y Comprometidas a escuchar). Sin embargo, la forma en que sé que puedo ayudar mejor a alguien es llevarlo al Padre en oración.
La oración es un testimonio asombroso de amor. Recientemente, una línea de oración en la que estoy pasó todo el tiempo orando por una hermana que era cuidadora. Una de las cosas más asombrosas que escuché fue a otras hermanas que sé que también son cuidadoras sosteniendo a esta hermana en oración. Durante una hora. Oración tras oración. Algunos en forma de canciones, otros a través de lecturas de las Escrituras. Unas cuantas risas y un montón de lágrimas.
Esto también sucede durante las reuniones semanales del equipo del Ministerio Hermana Rosa de Hierro. La reunión comienza con un devocional, y siempre se incluye la oración; no una oración general, sino una oración que inserta nuestras vidas en las vidas de las demás y presenta nuestros corazones ante el Señor, siempre pidiendo en confianza, confiando en que Él no solo nos escucha sino que Él tiene el control.
Este tipo de relaciones son la base del MHRH y el objetivo de acercarse más a Dios y a los demás. A través de momentos como estos, el equipo está preparado para tomar decisiones importantes como la muy difícil que se hizo recientemente para cancelar un viaje. Se planeó y oró por el viaje, se organizaron los eventos y se enviaron las invitaciones. Michelle y Julia estaban preparadas y listas. El Espíritu estaba dispuesto, pero literalmente, la carne no podía hacerlo. La unidad del equipo y la confianza de todas las partes de que la decisión se tomaba para la gloria de Dios no fue fácil. Pero funcionó y el equipo fue increíble en su respuesta a todas las cosas que había que hacer, desde el reembolso de los boletos hasta la comunicación con las congregaciones. Después de innumerables oraciones y algunas lágrimas, se hizo evidente. Dios bendijo el proceso.
Este es solo un ejemplo y diré con confianza que a medida que el equipo y el ministerio crecen, las historias crecen, al igual que nuestra fe a través de nuestro tiempo en oración.
Así que, si quieres saber cómo comprometerte con tus Hermanas Rosa de Hierro, mi respuesta es la oración. Si quieres mejores relaciones, ora. Si realmente quieres ayudar a la hermana que acaba de perder a su esposo, ora. Por favor, no me escuchen decir que la oración es un conjuro mágico y que no hay ninguna otra acción involucrada. Por lo menos, Dios cambiará tu corazón, pero es más probable que cambie tu perspectiva sobre cuál acción debes tomar.
Orando siempre.
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Escrito por Sâmia Machado, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Brasilia, Brasil
Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo. (1Ts 1:3 NVI)
Queridas, la iglesia de los tesalonicenses fue una iglesia modelo para todos los tiempos. En 1 Tesalonicenses 1:1-10, vemos el éxito del evangelio y la fidelidad de esa iglesia, siendo el fruto del trabajo de Pablo acompañado por Silas y Timoteo en su segundo viaje misionero (Hch 15:36-18.23). En estos capítulos, vemos su decisión de servir trabajando juntos para predicar el evangelio de Cristo.
Durante los últimos tres años, he podido aprender del Señor el significado de la palabra servicio. Ser un siervo del Señor significa estar delante de Jesús con el deseo y la voluntad de servir genuinamente. Entonces, si nuestra fuerza de voluntad es débil, tenemos que ejercitarla, aunque nuestros cuerpos y mentes digan que no tienen la fuerza de voluntad.
Pablo fue llamado a ser un apóstol y servir al Señor Jesús, teniendo que renunciar a toda una vida de costumbres judías. Como un siervo sin opción de a dónde ir, enfrentando persecución y finalmente encarcelado, escribió felizmente su primera carta a los tesalonicenses.
Las hermanas, mi familia y yo hemos estado "en mares agitados" desde 2021 durante mi tercer embarazo. Estaba embarazada de gemelos y perdí a uno de ellos, lo que provocó una ruptura temprana de la membrana que protegía a José, el bebé que aún llevaba en mi vientre. Esta situación me llevó al hospital a las 25 semanas de embarazo. Pude mantener el embarazo hasta la trigésima semana, cuando se vació el líquido amniótico. Incapaz de esperar más, mi bebé tuvo que nacer y ser llevado directamente a la UCI. En total, estuve en el hospital durante dos meses y medio, dejando mi hogar al cuidado del Señor con la ayuda de mi amado esposo, Emilson, hasta que pudimos volver a casa con nuestro José Victor. Fueron los dos meses y seis días más intensos de nuestras vidas, el encuentro con nuestros tres hijos después de tantas semanas de ausencia. Lamentablemente, José falleció a causa de un síndrome respiratorio, producto de un simple resfriado.
Para mí, como madre, experimentar ese momento de pérdida repentina me hizo darme cuenta de que debía aceptar la voluntad soberana de Dios. El deseo de rendirme era intenso, pero ¿qué pasaba con mis otros dos hijos, que todavía estaban conmigo? ¿Y mi casa? Estar de luto y tener que volver al trabajo, que implica el cuidado materno-infantil, todo esto era parte de ese mar agitado...
Estar en el desierto de la UCI y ver a Dios sacar a mi pequeño bebé revitalizado de allí, luego volver a la UCI por segunda vez y salir sin mi hijo, y regresar sin un pedazo de mí, fue la batalla más grande que tuve que librar contra mi propia voluntad. Encima de esa batalla tuve que cuidar del hogar, ser una madre presente y empezar a cuidar de la familia de nuevo con esta pérdida. Después de unos meses, tuve que volver a trabajar ayudando con el cuidado de la lactancia materna en el Centro de Nacimientos donde he trabajado desde entonces. Mi dedicación a mis hijos, Alice y Benjamín, tuvo que permanecer principalmente en el discipulado en la Palabra del Señor.
Hoy, a dos años y cuatro meses de la partida de mi José Victor, me inspiran las cartas de Pablo al analizar el camino que siguió para servir al Señor. Pablo escribió Tesalonicenses, su primera carta a esa iglesia, con entusiasmo y amor por el servicio. En medio de la persecución de los cristianos, animó a los nuevos en la fe que, incluso en medio de las dificultades, no dejaba de predicar el evangelio. Incluso los que eran nuevos en la fe se dedicaban activamente a servir al Reino, poniendo en práctica las enseñanzas aprendidas de los misioneros.
Me refiero a cada familia como una parte de la iglesia del Señor, cada una siendo una parte del cuerpo que, cuando se une, forma la iglesia tal como lo fue Tesalónica: un ejemplo de un cuerpo sano. Al igual que ellos, nosotros también debemos estar comprometidos con el evangelio de Cristo tanto en nuestra iglesia como en nuestros hogares, en cualquier situación, incluso si hay persecución como la hubo en la iglesia primitiva.
Que seamos como la iglesia de Tesalónica, activos en el servicio, que fue lo que la distinguió como una iglesia modelo a través de la predicación del evangelio a través de Macedonia y Acaya (1 Tesalonicenses 1:7-8).
... la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo. (1Ts 1:3b)
