Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
- Detalles
No hago referencia al mantenerse firme en tus creencias. Claro que ésa es una victoria y aplaudo a los que se ponen de pie para defender lo correcto.
Sin embargo, la victoria que quiero reconocer hoy es la de ponerse de pie para quienes sufren de depresión y luchan diariamente para levantarse por las mañanas y ponerse de pie para enfrentar el día.
La victoria al ponerse de pie para quienes sufren de cáncer, de migrañas, y de otras enfermedades.
La victoria al ponerse de pie cuando sólo quieres quedarte en el sofá.
La victoria al ponerse de pie para hacer algo productivo en vez de pasar otra media hora en Facebook.
La victoria al ponerse de pie para buscar algo en otra parte de la casa después de haber hecho el hueco perfecto en tu sillón favorito.
Puede que ponerse de pie no sea un gran reto para ti. Para otros, entienden perfectamente lo que acabo de describir.
Por lo tanto, hoy, te invito a tomar un momento para celebrar tu propia victoria o la de otro que puede que parezca insignificante. Afirmo que sí es una victoria poderosa.
Te dejo con unos otros ejemplos:
Puede que el alcohol nunca te ha sido de gran tentación, pero para un alcohólico que se está recuperando, rechazar un vaso de vino es una tremenda victoria.
Puede que no luchas con la ira, pero una palabra amable en vez de palabras ásperas y feas en reacción a unas palabras fuertes de un ser querido es una tremenda victoria.
¿Qué victoria puedes celebrar hoy?
- Detalles
II Corintios 4:5-10
5 No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús. 6 Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.
7 Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.8 Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo.