Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
- Detalles
Las lágrimas se me salieron sin querer cuando mi amiga acostó al hijo para enrollarlo en una cobija. Me faltaron las palabras, pero intenté expresarme en el momento. Se me quedaron en la garganta y sólo me salió, “Me alegro tanto por Uds.” Nos abrazamos y se nos volvieron a salir las lágrimas.
¡El bebé J ya está con nosotros!
Por años, hemos orado, esperado, luchado, llorado, cuestionado, y confiado. Y ahora, el bebé J está con nosotros. Está en casa. Y es amado más de lo que puede comprender. Pero está bien. Tiene toda la vida para comprender ese amor y apreciarlo.
La adopción. ¿Entiendes la profundidad de ese amor en tu propia vida?
“el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»” (Rom. 8:15)
3 Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. 4 Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor 5 nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, 6 para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado. (Ef. 1:3-6)
- Detalles
Hoy mi papá está cumpliendo 64 años de edad. Y en octubre del año pasado, no sabíamos si llegara a este día. Meningitis, sepsis, neumonía, encefalitis, y un pequeño derrame cerebral. Sí. Todas esas cosas estaban luchando en su cuerpo por tres días mientras él estuvo inconsciente. Y cualquier de esas enfermedades es cosa seria de por sí.
Si vieras a mi papá hoy día, no te darías cuenta de lo que le pasó hace menos de seis meses. La sanación ha sido milagrosa. Su recuperación ha sido lenta y progresiva (después de un sabático forzado que se ha convertido a una jubilación adelantada).
Aquí les comparto una lista de las muchas cosas por las que estamos agradecidos. Nos deleitamos en cada una y la bendición del Gran Médico que da vida y nos la devuelve.
• Mi mamá estuvo en casa cuando a mi papá le dio “el peor dolor de cabeza que jamás ha tenido.”
• El hospital les queda a como un kilometro de la casa.
• Los que le atendieron en emergencia estuvieron atentos de cada detalle y al instante.
• Los enfermeros y médicos en el “3 Oeste” del Hospital Unity Health en Searcy, Arkansas, fueron excelentes y pendientes del cuidado de mi papá.
• Dios sostuvo la salud de mi mamá y yo para poder desenredar a mi papá de los tubos que le administraron los antibióticos fuertes.
• Mi hermana Kim llegó y nos turnó para que pudiéramos bañarnos y descansar.
• Mi hermana Chrys y Harrison vinieron desde Denver para cocinar, abrazar y aconsejar (Harrison es entrenado como atender a pacientes en emergencia).
• Mi hermana Jenn oró, llamó y trabajó en su propia recuperación dado que le habían operado hace pocos días de los senos paranasales.
• Dr. David Hatfield, un compañero de clase de mi papá, y un otorrino especialista nos aconsejo, atendió a mi papá y nos explicó como una infección del oído pudiera convertirse en una enfermedad tan grave.
Otros amigos y familia en Cristo que les cocinaron, lavaron sábanas, cuidaron al perro, oraron, escucharon y nos apoyaron de muchísimas formas.
El camino no se ha terminado. Seguimos orando por la completa sanación del cerebro de mi papá. Pero nos deleitamos en la oportunidad de celebrar otro cumpleaños con él.
Gracias a Dios y al apoyo incansable de muchos. Y gracias a ti por deleitarte con nosotros!
¡Feliz cumpleaños, papá!