Nuestras alturas son un rango de 1,57 y 1,75 metros (o de 5´2” al 5´10”). Los colores de nuestro cabello siguen distintos, pero ya algunas tenemos más reflejos de Dios (lo que llamo las canas). Vivimos en cuatro estados distintos y las relaciones entre cada una son únicas. Son mis hermanas.
Este mes, por la ubicación de varios eventos, voy a tener la dicha de pasar al menos dos días con las tres en sus respectivas casas. ¡Y no puedo estar más emocionada! Me deleito en el tiempo que paso con mis hermanas.
Puede que no estemos de acuerdo en todo. Tenemos perspectivas diferentes en la vida. Tenemos gran cantidad de experiencias compartidas de la niñez, pero mientras más viejas nos ponemos, menos experiencias podemos vivir juntas.
Entonces, cuando se presenta la oportunidad de pasar tiempo juntas, ¡me deleito!
Me deleito en nuestra amistad que ha madurado con el tiempo.
Me deleito en las experiencias compartidas, las historias locas, los recuerdos chistosos, y los recuerdos nuevos que se están formando.
Me deleito en el privilegio y el honor de llamarlas mis hermanas.
Pues, antes de que te pongas celosa de mí y de mis hermanas, quiero que sepas que nuestras conversaciones no siempre son bonitas. Las experiencias que compartimos no siempre son dichosas. Y algunas historias de las que nos reímos ahora, no fueron chistosos en el momento.
Pero en lo bueno y en lo malo, seguimos respectando la hermandad. Y aun cuando una toma decisiones en las que las otras no estamos de acuerdo, nos deleitamos en compartir la vida con ella.
Estas relaciones como hermanas son gran parte de lo que promocionamos y facilitamos a través del MHRH y sus eventos, seminarios, conferencias, retiros, etc. Cuando me reúno con otras cristianas y conozco a mujeres que anhelan se parte de la familia de Dios, me deleito de forma similar al que siento con mis hermanas.
Es posible que tengas una hermana en Cristo que te está fastidiando, frustrando, o con quien no estás de acuerdo. Te animo a deleitarte en ella hoy. Deléitate en esa relación que comparten en el Señor. Busca nuevas maneras de conectarte y reconstruir la relación.
En Cristo, somos hermanas: un deleite al Señor y las unas para las otras.
Deléitate en tus hermanas hoy y mándales una nota de aprecio o ánimo.