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Dios nos diseñó para estar en relación; fuimos hechos en Su imagen.
Dios nos dio Su cuerpo, la iglesia, como una oportunidad para trabajar juntos en comunidad.
No importa si eres introvertida o extrovertida, nadie fue diseñado para vivir en aislamiento.
Un bebé muere sin el toque físico de otros. Una adolescente anhela sentir como parte de un grupo o de la familia, aunque se aleja o dice al contrario.
Una de las herramientas más efectivas de Satanás es el aislamiento.
No estoy ignorando nuestra necesidad del tiempo a solas. El mismo Jesús lo necesitaba y seguimos su ejemplo.
Sin embargo, cuando nos aislamos, no nos reunimos con los hermanos. Nos perdimos en nuestros propios pensamientos y el espiral negativo que nos baja el ánimo. No podemos servir a otros ni dejar que ellos nos sirven. Pensamos que podemos o debemos hacer las cosas por nuestra propia fuerza.
El aislamiento facilita malos patrones espirituales.
Vamos a romper este ciclo vicioso. Sal de la casa. Adora a Dios. Sirve. Ora con otros. Invita a alguien para estudiar la Biblia. Reúnete con alguien para tomar un café y compartir un versículo de la Biblia que te haya animado esa semana. Manda un mensaje de texto que anima a otra.
Vamos a vivir en el cuerpo de Cristo y mejorar nuestra salud espiritual. Nunca fuimos diseñados para hacerlo a solas.
Hebreos 10:23-25
23 Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. 24 Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. 25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
#HermanaRosadeHierro #saludespiritual
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¿Podemos ser espirituales sin el Espíritu Santo?
Sí. Y no.
La pregunta más importante es, “¿Qué tipo de espíritu estás siguiendo?”
Una búsqueda por Google revela que “espiritual” significa “relacionado con o afectando el espíritu humano o alma, en contraste a las cosas materiales o físicas.” Una definición secundaria específica que es algo religioso en su naturaleza, pero no necesariamente estamos hablando de nuestro espíritu alineado con el Espíritu de Dios.
Si nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra fuerzas espirituales malignas (Ef. 6:12), afirmamos que no todo lo espiritual es del Espíritu Santo.
El sábado pasado, visité un parque del estado que se llama Petit Jean. Habiendo vivido en Colorado dos veces, me hacen mucha falta las montañas Rocky. Ahora, viviendo en los planos de Arkansas, me encanta poder manejar menos de dos horas para subir y bajar las rocas bien grandes, conquistando la “montaña” al llegar a la cima. Los caminos siguen las curvas del río y mi mente se desenvuelva, respirando el aire fresco y escuchando el agua limpiadora.
Para mí, siempre es un tiempo para volverme a conectar con el Creador a través de Su creación y alinearme con El Espíritu, refrescando mi espíritu. Otros describirían la misma experiencia como algo “espiritual” sin tener ningún conocimiento del Espíritu Santo. “Unirme con la naturaleza” o “respirar la energía de la tierra” no es el mismo tipo de espiritualidad a la que nos estamos refiriendo. Muchos comentarios “espirituales” suenan bien, pero hablan desde la perspectiva del mundo (1 Jn. 4:5). Y no son saludables porque nos alejan del único y verdadero Espíritu de Dios.
Al profundizar el tema de la salud espiritual de la mujer, te animo a discernir los aspectos del crecimiento espiritual.
No fuimos llamadas a diseñar ni planificar lo que a nosotras nos parece más espiritual. Y debemos evitar parecernos más espirituales comparándonos con la aparente espiritualidad de otros. El Gran Médico y Autor de nuestra salud espiritual es el Espíritu de Dios. Al buscar encaminarnos con Su enseñanza, seguir los pasos del Hijo, y la guía del Padre, nuestra verdadera salud espiritual se revivirá.
Una cosa más: En vez de enfocarte en los aspectos externos que parecen robar tu gozo o te afectan la paz, te animo a acudir a la fuente de la verdadera salud espiritual. Acompaña al Espíritu Santo en Su trabajo transformador para hacernos saludables y completos.
Y recuerda: No todo lo permitido es para nuestro bien (1 Cor. 6:12, 10:23). No todo lo espiritual proviene del Espíritu Santo (1 Jn. 4:1-6).
¿Qué tipo de espíritu estás siguiendo?
#HermanaRosadeHierro #saludespiritual #EspírituSanto