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escrito por Michelle J. Goff
Jesús se humilló al siempre mirar al Padre. La relación que tenía con el Padre le permitió mantener Su enfoque bajo toda y cualquier circunstancia, siempre manteniendo la actitud correcta.
¿Te puedes imaginar cómo sería tu actitud si hubieras sido acusado como el Mesías ante el Sanedrín, luego ante Pilato? Le acusaron, le traicionaron, le rechazaron… Pero como cordero llevado al matadero, no abrió Su boca (Is. 53:7). ¡Increíble!
Mi actitud debe ser como la de Cristo Jesús… en adversidad.
Aún cuando hago el esfuerzo para dar la bienvenida a todos, puede salir una actitud de auto justificación. Al contrario, Jesús siempre decidía ver y pasar tiempo con los menos populares, los no vistos, los rechazados, los enfermos que reconocían su necesidad por un médico… hasta se auto invitó para comer en casa de pecadores (Lucas 19, Zaqueo).
Jesús no tenía casa, pero siempre mostraba un espíritu de hospitalidad, una actitud de hospitalidad.
Mi actitud debe ser como la de Cristo Jesús… en la hospitalidad.
Los introvertidos prefieren servir tras bastidores. Los extrovertidos prefieren servir de una forma más publica, o al menos allí con la gente. No importa nuestro tipo de personalidad, queremos servir cómo preferimos servir. Jesús escogió servir en el trabajo del siervo más bajo de nivel para mostrar el amor hasta el fin, lavándoles los pies de los discípulos (Juan 13). “El Hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mt. 20:28).
Mi actitud debe ser como la de Cristo Jesús… en el servicio.
El primero será el último y el último el primero.
Trata a los demás como quieres ser tratado.
Ama a Dios y ama a otros.
Mi actitud debe ser como la de Cristo Jesús… en todo.
¿Qué hay de mi actitud que no concuerda con la de Jesús? ¿Cómo se vería diferente mi día? ¿Mis conversaciones? ¿Mis acciones y reacciones?
Si permito que Dios me transforme más y más en la imagen de Su Hijo, ¿en qué área necesito pedir que me haga un ajuste de actitud? ¿He pedido a Dios que redefine mi actitud para que sea más de acuerdo con la de Cristo Jesús? Es una oración peligrosa pero valiosa.
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Escrito por Nilaurys Garcia, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Chile
Uno de mis cantos favoritos es el Salmo 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva la firmeza de mi espíritu (NVI). Me encanta cómo comienza pues reconoce que Dios puede redefinir nuestro corazón y renovar nuestro espíritu.
Por lo general, escuchamos que debemos tener humildad, ser mansos, ser bondadosos y tener el fruto del Espíritu en nuestra vida; pero, siguiendo con nuestro tema para el año "Redefinida," hoy te invito a mantener una actitud de espíritu firme.
La forma en la que vemos las cosas cambia, ya sea porque tenemos más información sobre un tema o porque tenemos una nueva perspectiva. Creo que veo las cosas de manera diferente a como las veía hace un año, y me agrada pensar en que he aprendido mucho en varios aspectos desde mi relación con Dios hasta en mi vida laboral. Las circunstancias y experiencias moldean nuestro carácter y crean madurez en nuestra vida espiritual, es decir que todas las pruebas que pasamos, aunque las superemos o no, dejan una enseñanza y aportan un poco más de sabiduría, sólo debemos mantener firme en quién creemos y refinar nuestra relación con Dios.
Para ser sincera, nunca me ha gustado leer el libro de Job (puedo imaginar tu cara diciendo ¡¿Qué?! o tal vez digas ¡A mí tampoco!). Es un libro que habla de mucha tragedia, tristeza, y para mi gusto tiene mucha poesía; si, tiene grandes enseñanzas y muchas cosas más. En abril, mi compañera de oración y yo comenzamos a leer la Biblia en orden cronológico como parte de nuestro estudio diario y no me van a creer, pero desde el día 4 hasta el día 15 tocaba el libro de Job… (debes estar pensando que era lógico que en algún momento tuviese que leerlo pues es parte de la Biblia), pero decidí respirar profundo, orar para que Dios abriera mi entendimiento y seguir con mi lectura. Lo que redescubrí fue algo que siempre me ha asombrado, cómo se mantuvo Job firme en declarar que Dios da y quita además que, no iba a maldecir nunca el nombre de Dios. Me enojé un poco al leer la tragedia de Job y quise saltarme algunos capítulos para evitar el sufrimiento, pero no lo hice, porque quise mantener la actitud de Job, quien se quedó hasta el final y fue bendecido en gran manera.
¡Espero que juntas podamos mantener un espíritu firme para dedicarnos a la oración, el estudio de la Palabra y la comunión con los hermanos, pues es mucho más fácil si nos acompañamos la una a la otra, y tengo fe que cuando llegue el momento, Dios podrá decir que tú y yo nos mantuvimos firmes hasta el final!
Tal vez mañana mi espíritu quiera tambalear por lo que te pido que me ayudes a recordar que Job, frente a las circunstancias complicadas, se mantuvo fiel y reconoció que sólo había Uno capaz de dar y quitar; o, que David con humildad pidió a Dios que creara en él un corazón limpio y mantuviese su espíritu FIRME.