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Escrito por Michelle J. Goff, fundadora y directora del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
No hay nada más frustrante que tratar de cortar un tomate con un cuchillo sin filo. Por eso, lo afilamos. Cuando el hierro se afila a hierro, salen chispas. Es un resultado natural del proceso necesario de afilarse.
Mientras vivía en Venezuela había un señor, afilador de cuchillos, que silbaba de cierta forma para ofrecer su servicio. Espiritualmente hablando, no hay un silbato especial para reconocer a quienes tienen ese talento, pero gracias a Dios, Él no espera que nos afilemos solos. Ha provisto de otros para ayudarnos.
El afilarse, como el crecer, es un proceso continuo. No es una vez para siempre. Es como la santificación o transformación que Dios facilita continuamente a través de Su Hijo y que dura hasta que lo veamos en los cielos.
En los papeles de Dios como Maestro y Señor, Él anda con nosotros y nos guía, consolándonos y corrigiéndonos, entrenándonos en justicia. Él nos provee con el ejemplo de Su Hijo en cuyos pasos podemos seguir (1 Pe. 2:21) y el apoyo de Su iglesia que sirve a nuestro lado.
Al seguir andando en la luz como Él es Luz (1 Jn. 1:5), reconocemos áreas en las que necesitamos seguir siendo transformadas más y más a la imagen de Cristo (2 Cor. 3:18). Puede que esas áreas nos sean obvias o son más elusivas para identificar. Pueden aparecer como un cuchillo espiritual sin filo al entrar en una batalla espiritual. No estás en esa lucha sola. Podemos fortalecernos las unas a las otras como hierro afilando a hierro.
Desde que el Ministerio Hermana Rosa de Hierro se estableció, los Elementos Comunes han servido como la aplicación personal y práctica de las tres partes del logo. Se pueden encontrar como parte de cada capítulo de los estudios bíblicos interactivos. Están diseñados a ser compartidos en oración con un grupo pequeño, entre 3 y 8 mujeres.
Las imágenes abajo son la versión actualizada de los Elementos Comunes del nuevo logo con los tres idiomas.
Los Elementos Comunes son únicos para cada mujer, según su estado actual de vida. Sin embargo, están muchas veces entremezclados. Por ejemplo, cuando queremos crecer o florecer en un área, primero tenemos que eliminar la espina, lo que sea que nos impide o el pecado que nos estorbe (Heb. 12:1). Por supuesto, si la espina es un pecado ¡se tiene que ir! Pero, a veces, tenemos espinas como las que Pablo rogaba al Señor para que se las quitara. Dios respondió, “«Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad»” (2 Cor. 12:9 NVI).
Nuestra área de énfasis para crecimiento o la espina de impedimento pueden ser en la misma área en las que queremos profundizar (en estudio bíblico o en entendimiento) o necesitamos a alguien como afiladora, con quien rendir cuentas. Se puede notar que la imagen del hierro afilando a hierro es en la forma de dos clavos, con forma de una cruz. Una parte de nuestro servicio los unos a los otros es afilarnos con mucho amor y profundizar nuestras relaciones con Dios y con otros, mientras nos animamos en la transformación más a la imagen de Cristo.
Ya sea de un versículo bíblico de esta entrada, un sermón reciente u otra cosa que Dios te está revelando, invita a al menos a una hermana en Cristo, una Hermana Rosa de Hierro, con quien puedes compartir los Elementos Comunes. Ambas serán bendecidas ricamente en el cumplimiento del Proverbio 27:17.
“El hierro se afila con el hierro y el hombre en el trato con el hombre.”
Personalmente, te pido a que me acompañes en oración para poder florecer en aceptar la gracia de Dios en mis debilidades. Me es una trampa fácil querer hacerlo todo sola. El orgullo o fuerza personal pueden ser una espina que Dios me ha llamado a dejar para que Él sea glorificado en todo lo que Él hace. Tengo a Hermanas Rosa de Hierro que me afilan al recordarme de mis límites físicos, mientras también reconocen mi deseo de servir de más maneras que verdaderamente puedo. Estoy profundizando mi entendimiento de la abundante provisión de Dios y Su deleite en usar a cada uno de nosotros para cumplir Su voluntad y crecer Su Reino.
¿Cuáles son tus Elementos Comunes esta semana?
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Escrito por Crisamarie Rivas, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Ecuador
La Biblia, como fuente de sabiduría y guía espiritual, revela profundos mensajes sobre la creación y el propósito de la humanidad. Dentro de esta maravillosa narrativa, las mujeres son presentadas como seres creados con un propósito específico, llenas de valor y significado. A través de versículos bíblicos cuidadosamente seleccionados, exploraremos el papel y la importancia de las mujeres en el Plan divino y cómo estas verdades pueden inspirarnos en nuestras vidas diarias.
La creación de la mujer: Un propósito diseñado por Dios.
Génesis 2:18 "Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él."
Dios creó a la mujer como una ayuda idónea para el hombre. La palabra "idónea" significa adecuada, apropiada o complementaria. Esto revela que las mujeres no son meras acompañantes, sino que tienen un rol esencial en la vida y el propósito del hombre. Fueron diseñadas para ser compañeras que aportan habilidades, perspectivas y dones únicos.
La maternidad: Un propósito de crianza y formación.
Proverbios 31:26 "Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua."
La mujer virtuosa descrita en Proverbios 31 ejemplifica el propósito de criar y formar a través de la sabiduría. Las mujeres tienen la capacidad de influir y guiar a las generaciones futuras con amor, paciencia y consejo. Como madres, abuelas y mentoras, su impacto en la formación de carácter y valores es incalculable.
Servicio y ministerio: Un propósito de impacto.
Lucas 8:2-3 "...y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, y Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes."
Las mujeres en el ministerio de Jesús eran apasionadas seguidoras y valiosas colaboradoras. Estas mujeres no sólo eran beneficiarias de Su amor y sanidad, sino que también le servían con gratitud. Esto resalta el propósito de las mujeres en el servicio y el ministerio, demostrando que sus dones y recursos pueden ser utilizados poderosamente para el avance del Reino de Dios.
Como experiencia personal, puedo decir que fui creada con un propósito desde mi nacimiento, pues Dios me ha utilizado para dejar una semilla en los corazones de las personas que he conocido. Es por eso que te invito a ti, que estás leyendo esto, a que utilices sabiamente el propósito que Dios está dejando en ti.
Además, podemos encontrar ejemplos importantes de mujeres que tuvieron un gran propósito en la Biblia: Ester salvó a su pueblo de ser asesinados, María dio a luz a nuestro Señor Jesucristo y Rut dejó sus costumbres por amor a su suegra. Gracias a su descendencia, nació David y Jesús. Gracias a ellas, podemos entender que nacimos para un propósito especial y que Dios nos coloca donde debemos estar para cumplir con Su propósito en nuestras vidas.
Estoy segura de que el Señor me usó en mi pasado y lo seguirá haciendo en mi presente y futuro, pero para esto debo dejar que Él me utilice conforme a Su voluntad.
A medida que reflexionamos sobre estas verdades bíblicas acerca del propósito de las mujeres, es importante recordar que cada mujer es única y tiene un papel personal en el plan de Dios. Independientemente de los roles tradicionales o culturales, las mujeres son llamadas a abrazar su propósito divino con valentía y confianza.
Cada interacción amorosa, cada consejo sabio y cada acto de servicio tienen un impacto eterno en el mundo que nos rodea. Las mujeres no son simplemente acompañantes, sino líderes, educadoras y portadoras de luz en la oscuridad.
En conclusión, la Biblia nos revela que las mujeres fueron creadas con un propósito intrínseco y valioso. Como compañeras, madres, líderes y servidoras, las mujeres tienen la capacidad de influir positivamente en el mundo y glorificar a Dios a través de sus vidas. Que podamos abrazar con gratitud y alegría el propósito que Dios nos ha dado, buscando cumplirlo con amor y determinación en cada área de nuestras vidas.