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Nuestro Redentor vive. La redención es posible. Podemos ser comprados de nuevo cuando ya no nos queda esperanza de ser rescatados.
Pero Rut y Noemí no comprendieron estas posibilidades. El nombre de familia ya se había muerto. Ya no había hombres para que siguiera el nombre de familia, ningún derecho de terreno, ninguna esperanza de un futuro estable.
Lo que empezó como un gran riesgo: una suegra que mandó a la nuera a acostarse a los pies de un dueño de terreno muy amable, un primo lejano de la familia, terminó como una historia de promesa del plan eterno de Dios para redención.
Booz sirvió como el pariente pudo redimir a la familia de Rut y Noemí. Su corazón amable honró a la fidelidad de Rut a su suegra y él tomó los pasos para bendecir y redimir al nombre de la familia de Noemí. Noemí se regocijó en la redención de su familia, más también en el cuidado de la nuera por un buen hombre.
Lo que Booz hizo como redentor para Rut y Noemí fue más que sólo una bendición de una generación para una familia de Belén. El Redentor Supremo nación en Belén unos siglos después, el nieto lejano del hijo de Booz y Rut, Obed, el padre de Isaí, el padre de David.
Padre, te doy gracias por tu plan redentor en mi vida. Sabías de antemano cómo necesitábamos ser rescatados y vemos en tu Palabra cómo trabajabas a través de muchos para llevar a cabo la vida del Gran Redentor, tu Hijo. Nuestro Redentor vive. La redención es posible. Gracias por darnos la esperanza de ser rescatados y la promesa de redención para quienes se someten a ti.
(Para más detalles sobre la historia de Rut y Noemí, te invito y a suscribirte al blog y recibir una copia gratis del primer estudio ePétalo – Hermanas Rosa de Hierro: Una vista más profunda de Rut y Noemí.)
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Francine Rivers escribió una novela de ficción inspirada en los eventos del libro de Oseas y la relación entre Oseas y su esposa prostituta, Gómer. Disfruté tanto del libro que lo he leído dos o tres veces en inglés y una vez en español.
Rivers crea una una demostración de amor, bien diseñada que sigue fiel después de la traición. Para quienes han leído el libro, creo que todas hemos anhelado un Michael (el personaje paralelo al de Oseas) en nuestras vidas. Él representa más que un príncipe azul que llega en un caballo blanco para rescatarnos. Personifica el amor redentor verdadero de nuestro Padre celestial.
Después de todas las infidelidades, traiciones, su adoración de otros dioses, la compasión de Dios no falla.
»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín?
¿Cómo podría abandonarte, Israel?
¡Yo no podría entregarte como entregué a Admá!
¡Yo no podría abandonarte como a Zeboyín!
Dentro de mí, el corazón me da vuelcos,
y se me conmueven las entrañas.
Pero no daré rienda suelta a mi ira,
ni volveré a destruir a Efraín.
Porque en medio de ti no está un hombre,
sino estoy yo, el Dios santo,
y no atacaré la ciudad.»
»¿Habré de rescatarlos del poder del sepulcro?
¿Los redimiré de la muerte? »
Hosea 11:8-9, 13:14
Así como comprobó en su relación con los israelitas, Dios está dispuesto comprarnos de nuevo cada vez – cuando le fracasamos, le traicionamos, o adoramos a dioses ajenos.
“Cómo amo el gran Redentor. Hace tanto en mi vida…” Su amor redentor me rescata de lo más feo y pesado de mi vida. Su misericordia y gracia extienden más allá de nuestro entendimiento limitado del perdón.
¿Qué significa el amor redentor de Dios en tu vida?