Francine Rivers escribió una novela de ficción inspirada en los eventos del libro de Oseas y la relación entre Oseas y su esposa prostituta, Gómer. Disfruté tanto del libro que lo he leído dos o tres veces en inglés y una vez en español.
Rivers crea una una demostración de amor, bien diseñada que sigue fiel después de la traición. Para quienes han leído el libro, creo que todas hemos anhelado un Michael (el personaje paralelo al de Oseas) en nuestras vidas. Él representa más que un príncipe azul que llega en un caballo blanco para rescatarnos. Personifica el amor redentor verdadero de nuestro Padre celestial.
Después de todas las infidelidades, traiciones, su adoración de otros dioses, la compasión de Dios no falla.
»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín?
¿Cómo podría abandonarte, Israel?
¡Yo no podría entregarte como entregué a Admá!
¡Yo no podría abandonarte como a Zeboyín!
Dentro de mí, el corazón me da vuelcos,
y se me conmueven las entrañas.
Pero no daré rienda suelta a mi ira,
ni volveré a destruir a Efraín.
Porque en medio de ti no está un hombre,
sino estoy yo, el Dios santo,
y no atacaré la ciudad.»
»¿Habré de rescatarlos del poder del sepulcro?
¿Los redimiré de la muerte? »
Hosea 11:8-9, 13:14
Así como comprobó en su relación con los israelitas, Dios está dispuesto comprarnos de nuevo cada vez – cuando le fracasamos, le traicionamos, o adoramos a dioses ajenos.
“Cómo amo el gran Redentor. Hace tanto en mi vida…” Su amor redentor me rescata de lo más feo y pesado de mi vida. Su misericordia y gracia extienden más allá de nuestro entendimiento limitado del perdón.
¿Qué significa el amor redentor de Dios en tu vida?