Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
- Detalles
Cada año escojo un enfoque para mis oraciones personales y las que hago para el ministerio. Durante el año pasado, pedí a Dios por sabiduría. El año anterior, por Su provisión – económica y por obreros. He visto Su respuesta a esas peticiones y siguen como parte de mis oraciones por el ministerio junto con mis acciones de gracias por las maneras en las cuales Dios siempre provee. (¡Y gracias a ti por ser parte de esas respuestas!)
Este año, estoy orando para que Dios me ayude a escuchar. Como persona que se mantiene bien ocupada, cuyos pensamientos siempre dan vueltas por la cabeza con una variedad de ideas, fechas, compromisos, y personas, me cuesta parar y escuchar, a estar totalmente presente en el momento y escuchar. Escuchar a Dios, a otros, y al mundo.
- Detalles
Al reflexionar este año sobre el escuchar, especialmente en el contexto de la oración (el tema de este mes), me acuerdo de una historia de hace unos años.
Fue un día en que yo tenía mucho que hacer en preparación para mi viaje: lecciones a repasar, llamadas por hacer, correos para responder, etc. Como vivía en el sótano de la casa de mi hermana y su familia, podía hacer muchas cosas sin tener que subir al otro piso, pero tocaba subir para almorzar, hacer diligencias, etc.
Cada vez que subo, Kadesh, mi sobrino, me saludaba y venía corriendo para que le cargara, para que jugáramos, o, por lo menos, para ver lo que estaba haciendo y acompañarme en la actividad. Mejor aun cuando le bajaba al sótano conmigo y podía jugar abajo por un tiempo.