Una cubana, querida amiga y hermana en Cristo, falleció el sábado de cáncer. El domingo, una querida hermana venezolana que tenía 102 años, terminó su caminata aquí en la tierra. Las dos están en paz sin ningún sufrimiento.
Pero, el sábado, ¡celebramos el renacimiento de la nueva hermana Micaela, quien tiene 94 años y vive en El Salvador!
Cada una de estas mujeres es un excelente reflejo del tema del blog este mes: Caminando con Dios.
Josefina era seguidora fiel de Dios por muchos años. La abuela adoptiva de muchos de la Iglesia de Cristo San Cristóbal en Venezuela, tenía la bendición de conocer bisnietos que están siendo criados en familias cristianas por siervos del Señor (unos nietos) y sus esposas. Nada le impidió a Josefina en su tiempo de oración y lectura bíblica todas las mañanas. Y tuve la bendición de conocerla y llamarla amiga. Su legado de fe sigue no sólo en su familia de sangre, más también en todos los que animó por su vida. Su caminata fue larga y ejemplar.
Mercedes llegó a los pies de Cristo hace menos de dos años, pero su caminata también fue ejemplar. Una vecina en su pueblo cubano le invitó a la iglesia y Mercedes compartió más de su propia historia en una entrada anterior del blog. El gozo y la fuerza que encontró en el Señor fueron de gran testimonio para muchos, especialmente en su lucha con cáncer. Como compartió una amiga y hermana por correo hace poco, citando a Mercedes, “como dijo Michelle cuando estuvo por aquí en agosto del año pasado: "Podemos estar gozosas en las pruebas!"” Y hasta llamó a su mamá para perdonarle por muchas cosas del pasado. Su oración constante era por la salvación de sus hijos y para que muchas otras personas llegaran a conocer la gracia salvadora de Dios.
La caminata de Micaela está apenas empezando. Su hija, Dilsia, ahora se queda en casa con ella cuidándola, y facilitó mi invitación a la conferencia nacional en San Salvador a finales de agosto. Nos regocijamos con los ángeles en la decisión de Micaela a caminar con Dios el resto de sus días.
La caminata de Josefina era larga y fiel, un ánimo constante a otros.
La caminata de Mercedes era corta e inspiradora, una luz a todos los que la conocieron.
Y la caminata de Micaela nos recuerda que nunca es demasiado tarde decidir caminar con Dios.
No importa dónde te encuentras en tu caminata con Dios, esperamos que seas bien animada por las historias de estas mujeres y la esperanza de caminar con Dios por la eternidad.
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