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Todas anhelamos relaciones auténticas. En el mundo “súper-conectado” en el que vivimos por los medios sociales y otra tecnología, muchas veces perdemos el arte de las conexiones profundas en las relaciones.
Nuestra relación con Dios se convierta en un “me gusta” a un meme con un versículo bíblico más que un dejar que esos mismos versículos transformen nuestros corazones.
Nuestras relaciones los unos con los otros se tratan más de las “me gusta” que se envían en vez de la calidad o profundidad de relaciones espirituales.
Hace poco, invité a una amiga preguntarme frecuentemente, “¿A qué estás diciendo que “no”?”. Al darle ese permiso para cuestionarme, le mostré cómo estaba trabajando para eliminar una espina que ha impedido mi crecimiento. En cambio, ella pudo ser vulnerable conmigo y compartir como ella lucha con el mismo problema. Ahora servimos como hierro afilando a hierro, Hermanas Rosa de Hierro, animándonos y haciéndonos responsables en esa área.
Otra amiga me mandó un mensaje de texto una mañana después de una conversación difícil la noche anterior: “¡Epa! ¿Necesitas ese hierro hoy? ¡Yo también!” Nuestra relación de hierro afilando a hierro es de doble vía con palabras de ánimo y de verdad, con amor (Ef. 4:15).
Una Hermana Rosa de Hierro…
• puede ser joven o vieja, una cristiana nueva o madura, en el mismo pueblo o al otro lado del país,
• tiene la fuerza del hierro y la delicadez de una rosa,
• trae sus talentos y dones únicos al jardín de Dios y a la iglesia de Cristo.
Cuando el hierro se afila con el hierro, salen chispas. Pero, es cómo una se mantiene afilada y lista para la batalla. Sólo las ramas que dan fruto se podan (Jn. 15:2). Y una de las maneras en las que Dios, como Jardinero Divino, nos ayuda con el podar es a través de las relaciones entre Hermanas Rosa de Hierro.
Gracias a las Hermanas Rosa de Hierro en mi vida que me animan a ser tan bella como rosa, a pesar de las espinas.
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La torta de chocolate que se llama “La Torta de las Papas de Idaho” es mi favorita. Se ha compartido la receta en mi familia por años. Primero la vimos en el periódico Capper’s Weekly1 en la cocina de mi abuela en el estado de Iowa. La receta pide una taza de puré de papas y es la torta de chocolate más esponjosa que jamás has probado (receta abajo).
Ya que se te hizo agua la boca, y te provoqué un chocolate, imagínate que yo sólo tuviera la taza de puré de papas. Puede que sea el puré más cremoso que jamás se ha probado, pero sin los demás ingredientes, nunca se reconocerá una taza fría de puré de papas como torta de chocolate.
Entonces, ¿cuál es el ingrediente más importante para hacer La Torta de las Papas de Idaho? ¿Es el puré de papas que determina su singularidad? Quizás, pero no es nada sin la harina, los huevos, el azúcar, y el chocolate.
La harina sola no es una torta. Los huevos no son una torta. Combinar dos o tres de los ingredientes no es suficiente para obtener el sabor deseado y la textura de La Torta de las Papas de Idaho.
Si no puedo esperar que un solo ingrediente de la receta lleve el peso de la plena identidad de una torta de chocolate, ¿cómo puedo esperar que yo sola cargue con todo el peso de lo que Dios me llama a hacer?
La mentira, “Lo tengo que hacer yo sola,” es una trampa fácil para las perfeccionistas, pero no es exclusiva para ellas. Todos tienen un nuevo estándar: el nivel Pinterest de la perfección. Pinterest y el internet han puesto más presión y estrés en las madres, para coordinar una fiesta de cumpleaños a nivel de Disney. Las novias, maestras, cocineras, y madres que enseñan a sus hijos en casa ya están sujetas a un nivel más alto de expectativas.
No se permite a las mujeres admitir que no pueden hacer algo solas. Tenemos que ser el ejemplo modelo de hermana, esposa, madre, tía, abuela, estudiante, obrera, y amiga. Hacemos malabarismos con los papeles que jugamos tratando de llegar a una perfección imposible.
La foto es de Michelle J. Goff, su abuela Evelyn Cobb, y su hermanita, Jennifer.
Receta: La Torta de las Papas de Idaho
1 taza de mantequilla, derretida
2 tazas de azúcar
2 huevos
1 taza de puré de papas, fría
1 cucharadita de vainilla
2 tazas de harina de trigo, todo uso
1/4 taza de cacao en polvo
1 cucharadita de bicarbonato
1 taza de leche descremada
1 taza de nueces (opcional)
En un tazón, mezcla la mantequilla y el azúcar muy bien. Agrega los huevos, uno a la vez, mezclando bien. Agrega el puré de papas y la vainilla.
Combina la harina, el cacao, y el bicarbonato. Agrega alternamente con la leche, mezclando bien.
Añade las nueces (opcional).
Pon en un molde de vidrio (9x13). Hornea 40 a 45 minutos a 350 grados F (175 grados C).
Este artículo primero fue publicado en el libro ¿Quién tiene la última palabra? Cortando las mentiras de Satanás con la Verdad de la Palabra de Dios.
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1Capper, Arthur, pub., “Idaho Potato Cake,” Capper’s Weekly. Topeka, Kansas, 1913-1986. (no se sabe la fecha original de la publicación de la receta)
