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Venezuela iMuchos de nuestros lectores no están al tanto de la situación complicada en Venezuela. Está tan grave la situación que ha creado una migración masiva alrededor del mundo. Personalmente, conozco a quienes se han mudado a todo otro país en Latinoamérica, los Estados Unidos, Canada, España y hasta varios se mudaron a Rusia. Las condiciones en Venezuela son una crisis humanitaria. Muchos, cuando se mudaron, dejando todo lo que tenían (casas, carros, trabajos, etc.) salieron sólo con lo que les quepó en la maleta. Niños llegaron al nuevo país malnutridos y enfermos por el escacez de comida y falta de medicamentos.

En los boletines del MHRH, les he contado sobre el gozo que me da poder ver a los queridos hermanos venezolanos a donde vaya en las Américas. Su amor por el Señor y por Su obra es contagiosa y están allí sirviendo en sus nuevas congregaciones. Están tratando de hacer lo mejor que puedan bajo una circunstancia difícil y están luchando con muchas emociones y frustraciones fuertes al volver a construir su vida en un nuevo país.

En vista del tema del mes pasado (el Espíritu Santo) y el de este mes (la restauración), quiero compartir las perspectivas de cuatro de mis amigas venezolanas que ahora viven fuera de su país natal. Sus respuestas a cuatro preguntas que les hice están incluídas abajo. Por respecto a su privacidad, les voy a mencionar citar como “Hermana 1, 2, 3 o 4” en vez de usar sus nombres.

1. ¿Cómo te sientes en tu espíritu cuando ves todo lo que está pasando en Venezuela?

Hermana 1: Aún antes de salir de Venezuela ya tenía esa seguridad de que todo era y aun es una batalla espiritual grande. Por supuesto que en mi mentalidad humana pasé muchas frustraciones y rabia. Me sentí presa, desanimada y como si no podía respirar bien. Estando fuera sigo viendo esa lucha y todo lo triste y malo que va dejando. Mi oración por años ha sido la misma: Que Dios le quite el permiso al enemigo de seguir cosechando sus frutos entre nuestra gente, que los líderes, los que tienen poder se arrepientan de su maldad y cambien la dirección del país, que haya conversión masiva y muchos sean salvos, que Dios proteja a los inocentes.

Hermana 2: He tenido sentimientos encontrados pues por un lado siento tristeza e inquietud al ver como se ha multiplicado la maldad y ha crecido la deshonestidad en la población de Venezuela; en general que cada vez se busca más salidas turbias, deshonestas, sin afecto y egoístas ante la necesidad y el caos que crece cada día, sin darse cuenta que es un círculo vicioso que se revierte en cada uno. Pero por otro lado, he podido sentir la protección, la cobertura, la bendición en medio de la dificultad comprobando en mi vida y en la de muchos, de manera más palpable y personal que el Señor esta con sus hijos aún en valle de sombra de muerte. El Espíritu Santo ha sido mi consolador en todo momento, pude comprobarlo en momentos difíciles en las calles, en medio de las protestas, en medio de la escasez, siendo amenazados por violencia en la puerta de mi edificio o en el local de reunión. Puedo ver que en momentos así he sido probada en mi fe y poder sentir gozo en medio de esas circunstancias a pesar del miedo y la tristeza.

Hermana 3: Muy triste, al ver que el diablo a través del egoísmo y las ansias de poder, ha manejado a muchas almas sin guía para llevar el pais a donde está en la actualidad.
Me lleva a buscar más de Dios, el ver que los seres humanos buscan el bienestar de sí mismos sin pensar en su prójimo.
Me da mucho dolor al ver a mi pais sufrir en muchos aspectos, pero cuando voy a la palabra de Dios entiendo que todo lo que está ocurriendo, seguirá pasando.
Esto es un alerta a que seamos luz entre tanta oscuridad, a que mostremos a Cristo en todo momento.
La situacion de Venezuela es una oportunidad para que lleguen muchas almas a los pies del Señor.
Debemos estar dispuestos a trabajar en donde estemos.
Mateo 9:37

Hermana 4: Me siento con emociones encontradas por ver como mi país se sumerge en tantas carencias, mi espíritu se entristece, se duele por lo que están pasando mis hermanos en Cristo y familiares. Esta situación de mi país me permite orar sin cesar por mi amada Venezuela y su gente.

2. ¿Cómo has visto el Espíritu Santo trabajando en Venezuela a pesar de las circunstancias?

Hermana 1: Veo el trabajo de Dios en los hermanos allá (en Venezuela)…. Su Fortaleza, como luchan para que la obra de Dios avance en estos tiempos y como siguen dando la Gloria a Dios. Siempre habrá un remanente, pase lo que pase. Dios está con sus fieles en todo lugar.

Hermana 2: Me he maravillado al ver que el Espíritu Santo actúa en los hermanos que comparten, que se apoyan, que dan a pesar de su escasez, que salen y predican con ánimo y valor, que no se dejan de congregar, que ayudan, comparten y que están pendientes de las necesidades los unos de los otros. Ha sido un tiempo en el cual los hijos de Dios hemos experimentado lo que es tener las cosas en común. Cosas como compartir tu almuerzo con un hermano a pesar de que el alimento no abunda en tu hogar o donar de tu provisión para compartir con el indigente, o dar una medicina en medio de las severas limitaciones de medicamentos, u ofrecer tu tiempo para servir aun cuando tu vida pudiera estar en peligro. Mantiene la iglesia perseverando y gozosa en medio de estas abrumadoras pruebas.

Hermana 3: He visto que a pesar de tanta crisis, Dios a cuidado de sus hijos. Nos ha dado lo que necesitamos y mucho mas. La familia de Dios se ha unido sin importar la distancia.
Salmo 27:35

Hermana 4: Dándoles fortaleza a mis hermanos, manteniéndoles firmes en su fe y esperanza, a pesar de las tribulaciones y las pruebas, solo a través del Espíritu Santo es que nuestros amados hermanos en Venezuela pueden superar lo que están viviendo. Sé que nuestras oraciones son escuchadas y contestadas en cuidados y provisión para los que están en Venezuela.

3. ¿Qué está haciendo el Espíritu Santo en tu vida actualmente?

Hermana 1: Trabajando con paciencia en mi carácter, como siempre. Aumentando mi fe y agradecimiento a nuestro misericordioso Dios. Mi vida cambió totalmente en cuanto a mis rutinas y modo de vivir, pero Él siempre ha cumplido sus promesas para conmigo y sigue fiel a mi lado, dándome con generosidad todo lo que necesito y más.

Hermana 2: En estos momentos me está animando, sosteniendo y confortando en este tiempo de transición y de tristeza emocional por haber dejado a mi familia, amigos y hermanos en Venezuela. Y a su vez me está usando para escuchar, servir, animar y exhortar a algunas hermanas y hermanos en la fe en Bucaramanga. Aún estoy en un periodo en el cual pido en oración para que el Espíritu me guie para ser útil de la manera que el Señor necesita de mi aquí.

Hermana 3: He sentido que Dios me ha protejido y ha cuidado de mi familia en todo momento.
Me ha enseñando que la familia de Dios es inmensa y que nos une su hermosa sangre. Cristo es un lazo indestructible.
También me ha enseñado a que Dios tiene el control de todo y que debemos vivir un día a la vez, porque no sabemos en qué lugar estaremos mañana o si no estaremos ya aquí.
Estoy aprendiendo a ser mas paciente y a confiar en el Señor.
Juan 6:68

Hermana 4: Ayudándome en mantener mi mirada en el autor y consumador de la fe Cristo Jesús, ya que él me da fortaleza en estos nuevos cambios de cultura congregacional, puedo ver sus dones puestos a mis disposición para seguir creciendo en su reino y en las áreas de mi entorno. También puedo verlo como me llena de su gran amor, ya que estoy en un país sin ningún familiar sanguíneo, (solo mi esposo) y nunca me he sentido sola ni desamparada, Dios muestra su amor interno, para que lo externo este suplido con su plan perfecto para sus hijos amados.

4. Ya que estás viviendo fuera de Venezuela, ¿Cómo has sentido al Espíritu Santo acompañándote, guiándote y usándote en tu nuevo lugar y congregación?

Hermana 1: Es maravilloso el estar aqui y aprender de hermanos que tienen una fe fuerte como la nuestra, pero una vida un tanto distinta influenciada por su cultura y geografía (¡al igual que nosotros en nuestro país!). Es emocionante también servir y constatar que Dios me puso en un lugar donde los dones que Él me dio pueden ser de beneficio a miembros de la Iglesia y a la comunidad en general y cuyo propósito, para mi, en mi espíritu, es principalmente impulsar el evangelio.

Hermana 2: Creo que en este tiempo, acá donde estoy, el Señor a través de su Espíritu me ha permitido ver la necesidad de afecto, amabilidad y un oído presto para escuchar que tienen algunas hermanas y hermanos; eso ha permitido que confíen en mí y puedan compartir algunas de sus luchas y dudas conmigo con confianza. Además, el Espíritu me ha permitido ver ciertas necesidades espirituales y ponerlo en oración para que Dios haga su obra conforme a su voluntad y en un futuro poder ser instrumento para suplir algunas.

Hermana 3: El espiritu santo me ha acompañado en todo momento. Ha sido un proceso el poder adaptarme en un nuevo pais, pero se me ha hecho más fácil gracias a mis hermanos de la congregacion, quienes muestran el amor de Cristo para con todos.
He aprendido a que los mas importante es nuestra alma, que las cosas materiales vienen y van.
Y siento que Dios quiere mas de mi. En realidad quiere TODO mi.
Él conoce nuestros pensamientos y deseos, busquemos de Dios y él obrará.
Salmos 34

Hermana 4: Más que nunca he visto la gran labor que ha realizado el Espíritu Santo en mi vida, me ha dado la buena disposición del cambio para adaptarme en esta cultura totalmente diferente de la que vengo y estaba acostumbrada, me da dado la paciencia y confianza de quedarme en la congregación donde estoy, ya que oré y oré por salir de esta congregación y Dios me dijo bástate mi gracia, a través de su Espíritu Santo ha transformado la manera de ver las cosas y ha puesto en mí el querer cómo hacer para su gloria y honra dentro de esta congregación. En el entorno el carisma que puedo tener me permite predicar del amor de Dios a otras personas.
Escribiendo esto pienso en mis hermanos venezolanos, y no me cabe la menor duda que Dios los va guiar a través de su Espíritu Santo, así como lo ha hecho conmigo en esta etapa de cambios en mi vida.

Conclusión:
Doy gracias a Dios y a mis queridas hermanas venezolanas por compartir de sus corazones sus perspectivas sobre lo que el Espíritu está haciendo y lo que podemos esperar sobre la restauración eterna que nos promete el Señor. Pedimos a Dios que restaure el país de Venezeula y que ayude a todos los que se encuentran allí y los que ahora se encuentran en otras partes del mundo.
Apreciamos tus contínuas oraciones y damos gracias a Dios por lo que sigue haciendo en medio de las circunstancias.

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