El miércoles, compartí mi entrevista con la hermana Anita en Cuba. Entre mis otras correspondencias con ella, les quería compartir otra historia que ella me contó hace poco. Espero que sea de mucho ánimo para ti, especialmente en el crecimiento al que Dios te está llamando.
Nota: ¡Ella también comparte uno de mis versículos favoritos!
Hna mía quiero que conozcas el testimonio mas hermoso de mi juventud…
Este año cumplimos 35 años de matrimonio mi esposo Julio y Yo. Ya tengo 56 años como el. Mi esposo Julio ha sido predicador por 40 años.
En la década del 80 la iglesia de Cristo en Cuba se limitaba a 6 congregaciones repartidas en la isla. Cuando teníamos 2 años de matrimonio Julito trabajaba en un central azucarero y predicaba, yo hacia canastilla y la bordaba (ropa para bebe) también enseñaba las damas y los niños en la iglesia. Un día Julito me dijo, desde que tengo 9 años me trace una meta, ir a mi provincia natal Matanzas a establecer la iglesia de Cristo y llegó la hora. Quiero ir a predicar a Jovellanos una ciudad q esta al centro de la provincia donde la iglesia dejó de existir desde el año 1969. Yo le dije rotundamente "YO NO IRE."
Le dije argumentando mi decisión; no sabemos si esto se puede hacer desde el punto legal, hace muchos años somos 6 congregaciones y nadie a salido a predicar, seguramente no se puede hacer, además ese es la ciudad de mayor índice de criminalidad del país, es la mas fuerte en la brujería y religiones afrocubanas, no tenemos familias, suficientes, argumentos humanos; yo no podía comprender, estuve tres días en mi cama llorando, con una decisión. No quiero ir, mi esposo muy paciente y en oración, esperó y cuando creyó conveniente me habló nuevamente, allí donde hay tanto pecado es preciso predicar, yo sé que salir a predicar fuera de la iglesia puede traernos problemas, pero sé que Dios estará con nosotros. Después de un tiempo me decidí a acompañarle.
Por dos años viajamos cada fin de semana sin lograr ni un solo convertido. Después nos mudamos pues ya éramos dos que persistíamos en oración y el empeño de evangelizar, pasado un tiempo el trabajo comenzó a dar frutos, la clase de niños del barrio y la comunidad contaba con 40 o 50 niños, la iglesia crecía, las personas se bautizaban para quedarse y la iglesia se estableció con ancianos y un lugar de reunión. Desde Jovellanos fuimos a predicar a la ciudad de Cienfuegos al sur, también establecimos la iglesia de la ciudad de Colón, predicó en San Miguel, Cardenas y otros lugares donde hoy está la iglesia del Señor para Su gloria y honra. Otros hnos cobraron ánimo y decidieron evangelizar en otros lugares y provincias. Es hermoso saber que hoy son mas de 200 las congregaciones por esta isla y todo partió de un "yo no iré " apresurado sin preguntarle al Señor. ¿Qué quieres que haga Señor? Y como Isaías decirle “Heme aquí, envíame a mí.”
En una predica de damas nacional conté este testimonio hace ya como 20 años y hnas testificaron que desde ese día decidieron acompañar a sus esposos en la evangelización. Si Dios quiere será de ayuda a alguna hna.
Dios te bendiga.
Anita
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