Semana 5: Escuchando al Espiritu
Escucha primero y dos veces
Semana 5, Día 4
Tal como resaltamos cuando escuchamos al Creador, Dios escuchó a Adán. Anheló estar en conversación con nosotros y sigue con el mismo deseo. Santiago 1:19 (NVI) nos da una fórmula para el escuchar. 19 Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.
Y nuestra anatomía nos da otro recordatorio para el escuchar: ¿Cuántos oídos tenemos? ____ Y ¿cuántas bocas? ____
La recomendación de Santiago vale para nuestra comunicación con Dios y también los unos con los otros. Un misionero sabio lo expresó de la siguiente manera en el contexto de conocer a alguien con quien vas a estudiar la Biblia: “Tienes que dejar que la otra persona vacíe su balde o tobo. Escucha todo lo que tiene para decir y deja que cuente su propia historia. Así sabrás cómo responder a sus dudas, contestar sus preguntas con las Escrituras, y saber de dónde viene. ¿Cómo puedes saber por dónde comenzar el estudio sin antes averiguar dónde se encuentra la persona?”
Proverbios 18:13 (NVI) 13 Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar.
Otros pensamientos sobre el escuchar primero y dos veces cuando hablas con otros:
La misma práctica aplica a nuestra comunicación con Dios.
Eclesiastés 5:1-2 (NTV)
Cuando entres en la casa de Dios, abre los oídos y cierra la boca. El que presenta ofrendas a Dios sin pensar hace mal. 2 No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras.
Dios es infinitamente sabio. Sus pensamientos no son los nuestros. Sus caminos no son nuestros caminos (Is. 55:8-9). ¿Cómo es que escuchamos primero y dos veces en la oración?
Cuando oras hoy, escuchando primero y dos veces, que tu oración sea un eco de la oración de Cristo en el jardín: “Que se haga tu voluntad, no la mía” (Mt. 26:39). El Espíritu te ayudará en esa oración del escuchar. Que seamos tardos para hablar (Sant. 1:19) y que nuestras palabras sean pocas (Ecl. 5:2).
Otros apuntes, pensamientos, o dibujos de escuchar al Espíritu:
¡Nos encantaría escuchar de ti! Por favor, comparte con nosotras de lo que estás escuchando y cómo estás creciendo en la devoción al escuchar.
Esta entrada del blog viene del libro Llamada a escuchar: Cuarenta días de devoción. Para pedir una copia del libro, favor de visitar a nuestra página web e invita a una amiga a participar en el estudio contigo. El libro incluye guías adicionales y preguntas a ser revisadas en el contexto de un grupo pequeño semanalmente.