A nadie le gustan los fastidiosos. Pero Dios nos invita a “fastidiarle” con nuestras peticiones en oración.
La viuda persistente en Lucas 18:1-8 me recuerda esa verdad. A causa de su fe, y porque ella llevó sus peticiones al que tenía el poder de hacer algo al respeto.
Hoy, al levantar nuestra oración continua por la provisión de Dios: económica y obreros, no voy a dejar de pedir por lo que confío en Dios para proveer. Pido con fe, y llevo mis peticiones a Él que tiene el poder para hacer algo al respeto.
Gracias, Señor, por escucharnos.
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