Escrito por Liliana Henríquez, voluntaria venezolana del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Colombia
El 14 de septiembre tuvimos un conversatorio sobre la soltería y la vida cristiana dirigido por Michelle Goff y Jonathan Hanegan (la grabación está disponible en Facebook y YouTube). Fue interesante conocer la perspectiva de ellos sobre este tema y ver cómo el estado civil, muchas veces nos define y nos encasilla. Creo que la sociedad está más a favor de algunos roles que de otros; por ejemplo, el rol de esposa es mucho más celebrado que el rol de compañera de trabajo o el rol de amiga. Por lo tanto, si estamos solteras podemos llegar a creer que no valemos lo suficiente o que nos falta algo para sentirnos completas.
Muchas veces, la sociedad dicta pautas de comportamientos y creencias, que no van acorde con lo que vemos en la Biblia. Aun en pleno siglo XXI, la soltería sigue siendo vista como algo negativo o no adecuado. Sin embargo, en la Biblia vemos a Pablo, un hombre soltero, celebrando la soltería y sacándole todo el provecho posible para el servicio a Dios. También vemos a Rut y Noemí, dos viudas y solteras de nuevo, que deciden rehacer su vida y llegaron a formar parte del linaje de David. Sin olvidarnos de muchas otras mujeres como Agar, que fue madre soltera; María Magdalena, Miriam, entre otras.
En la Biblia vemos muchos ejemplos de hombres y mujeres que entendieron que un rol no los definía. Ellos entendieron que su identidad venía de Dios. Creo que ellos estaban conscientes de esta gran verdad: “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” (1 Pe. 2:9 RV60)
Ellos no permitieron que ni una ciudadanía romana, ni un esposo, ni una familia, ni ningún otro rol los definiera. Obviamente fue un proceso, al cual hoy en día nosotros también nos hemos sometido. Es el proceso de la conversión y transformación genuina del corazón. Necesitamos que Cristo sea el centro de nuestra ecuación para que nuestra identidad sea verdaderamente redefinida.
Seas soltera o no, quiero invitarte a leer el nuevo libro del ministerio. Se llama Una Sola Razón y en él encontrarás herramientas valiosas para redefinir tu identidad y enfocarte en lo verdaderamente importante: el amor a Dios.
Reflexionemos, ¿nuestra identidad está ligada a nuestros roles o a Cristo?