escrito por Michelle J. Goff, fundadora y directora del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Searcy, AR, EE. UU.
Gozo. No sería una palabra típica para describir el proceso del hierro afilando a hierro. Incómodo. Vulnerable. Desafiador. Revelador. Humillante. Doloroso. Ésas sí son palabras que describen una reacción a la disciplina o cuando alguien te llama la atención sobre una de tus fallas.
Cuando somos niños, recibimos mucha disciplina y corrección. El bebé de un año estaba gritando y llorando cuando su mamá no le permitió jugar en la basura. El estudiante joven insiste que sabe contar, pero cuando salta el número ocho, la maestra necesita corregirla. Luego, a la alumna de enfermería no le gusta cuando su supervisor le menciona sus errores, pero el entrenamiento que recibe cuando está en el laboratorio de simulación es invalorable cuando ya esté con un paciente verdadero.
¿Cómo podemos aprender si nunca nos corrigen?
Espiritualmente hablando, Dios usa la Biblia como una de las mejores herramientas para corrección e instrucción.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.(2 Tim. 3:16-17)
Una de las otras maneras en las que Dios nos enseña es a través de las relaciones de hierro que se afila al hierro, en Su nombre.
El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre. (Prov. 27:17)
Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. (Col. 3:16)
Cuando mis hermanos y hermanas en Cristo me mencionan algo que necesito aprender, un error que he cometido, o algo que no estoy viendo bien, mi reacción inicial es defensiva. Sin embargo, cuando reconozco que lo están haciendo por amor… Cuando me vienen a privado y han orado sobre lo que me van a decir… Cuando trabajamos juntos para ver cómo Dios me está guiando a aplicar lo que he aprendido… Estoy verdaderamente agradecida y gozosa.
Es un gozo que el mundo no definiría de la misma manera. Y no es un gozo que muchos buscarían, un gozo al ser afilado.
El Ministerio Hermana Rosa de Hierro pone de alta prioridad el proceso de equiparnos a través de las relaciones con Hermanas Rosa de Hierro que pueden animarnos a ser las rosas más bellas de la forma que Dios nos ha creado. Otra faceta importante de esas relaciones es el coraje, el amor y la gracia mostrados al nivel de servir como hierro afilando a hierro, la corrección misericordiosa.
Te desafío hoy orar a Dios 1) para que Él provea una Hermana Rosa de Hierro en tu vida que te traiga gozo por el proceso de la corrección y el crecimiento, y 2) para que Dios te llene con la sabiduría para saber cuándo y cómo debes servir como hierro afilando a hierro para una Hermana Rosa de Hierro en tu vida.
Cuando el hierro se afila al hierro, salen chispas, hasta de las palabras duras. Posiblemente cause un dolor temporal de la convicción. Pero nos animo a recordar el gozo eterno y la gratitud por ser moldeadas y transformadas más en la imagen de Cristo.
Estamos redefiniendo el gozo a través del proceso del hierro que se afila al hierro. Pidamos a Dios para que nos lleve a alguien con quien podemos compartir los Elementos Comunes esta semana. Escoge a alguien con quien puedes ser honesta y genuina en tu deseo de crecer y florecer. Todas tenemos espinas que impiden nuestro crecimiento. Y todas tenemos la oportunidad de profundizarnos cuando dejemos a alguien como afiladora en nuestra vida.
Si estás dispuesta, nos encantaría escuchar de ti sobre cómo les fue para ti y tu Hermana Rosa de Hierro. Podemos regocijarnos juntas en lo que Dios está haciendo en cada una de nuestras vidas.