Cuando el Hijo del Hombre vino a la tierra, el Príncipe de Paz se humilló y se sometió a todos los retos y las frustraciones emocionales de los seres humanos. Y en medio de las aflicciones y los problemas, nos ofrece una paz que sobrepasa todo entendimiento, una paz que sólo se encuentra en Él.
“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.” (Fil. 4:7-9)
Toma un momento hoy para dar gracias a Dios por Su regalo perfecto de paz. ¡Y no se te olvide que los mejores regalos son los que compartimos!