Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles
¿Te permites descansar cada día?
Escrito por Débora Rodrigo de Racancoj
Es fácil encontrar algunas tablas guía que médicos y otros profesionales ponen a disposición de padres y educadores que muestran cuántas horas de sueño diarias son necesarias para un niño promedio según su edad. Los profesionales saben e insisten en la importancia del descanso para las personas, especialmente para los niños. Es una pieza fundamental en su desarrollo. Les hace crecer sanos y desarrollarse correctamente.
Nosotras, como cristianas, estamos también en crecimiento y desarrollo constante (Fil. 1:6), el descanso del espíritu es también fundamental para nosotras, así como el físico lo es para los niños.
Sabemos que encontramos descanso en Jesús, y lo dice claramente en las escrituras: “venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt. 11:28). La palabra griega para “descansar” que se utiliza en el original en este versículo es ἀναπαύω (anapauo). Esta palabra tiene algo interesante en su composición. La primera parte de la palabra es la preposición ἀνα- (ana-) que indica, entre otros de sus significados, repetición. El descanso es una actividad repetitiva, que ocurre una y otra vez.
Muchas veces vemos el descanso como una necesidad después de realizar una tarea extenuante o desgastante, pero lo cierto es que cada una de nosotras tenemos una cita programada cada día después de que se pone el sol con nuestra almohada para descansar. No sólo descansamos cuando estamos agotadas. Cada día, independientemente de lo cansadas que estemos, dormimos una cantidad importante de horas porque sabemos que si no lo hacemos no soportaremos las exigencias del día siguiente. Y esto se repite cada día, una y otra vez.
En el terreno espiritual, programar un tiempo de descanso con Jesús cada día es para la mayoría de nosotras una tarea pendiente. Pensamos en él seguramente sin dudarlo cuando las exigencias y los problemas de la vida nos dejan sin fuerza. Entonces acudimos a Jesús e imploramos restauración, renovación, descanso. Pero tan pronto como tenemos fuerzas de nuevo nos olvidamos de que necesitamos descansar de forma periódica para reponer fuerzas.
Si queremos crecer y desarrollarnos sanas espiritualmente, necesitamos programar un tiempo de descanso diario. No he visto todavía ninguna tabla guía que nos indique la cantidad de tiempo diario que necesitamos pasar con Jesús para nuestro descanso espiritual, pero sospecho que muchas de nosotras estaríamos incumpliendo el tiempo mínimo recomendado. ¿Crees que podemos así crecer y desarrollarnos espiritualmente? ¿Piensas que estaremos preparándonos correctamente para pruebas, tentaciones y demás?
Y tú, ¿has descansado suficiente para enfrentar el día de hoy?
#HermanaRosadeHierro #restauración #descansar
- Detalles
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les haré descansar…” (Mt. 11:28).
El cansancio me había acabado. Todo era una carga, una tarea, un quehacer. El gozo y la chispa se fueron. Una versión aguada de mí misma, sentí que fuera una carga a los demás también.
En lo más profundo de mi ser, confié que Dios y otros me amaban. Algunos me acompañaron en el dolor al verme luchar en las trenchas y hasta se unieron conmigo, orando para que fuera nada más una etapa pasajera.
Dios ha afirmado que yo no estaba sola en mi dolor ni mi frustración. Mis experiencias no eran únicas. Todos pasa por etapas cuando la vida pesa más de lo que podemos soportar. Cansada del cansancio, anhelé que me devolvieran el gozo al servir, ministrar y hasta el gozo por la vida.
Pegué grito al Príncipe de Paz, la fuente del verdadero descanso, nuestro único y verdadero Dios y Padre amoroso, para que me sacara de lo asqueroso. En mi mente, sabía que lo podía hacer. Mi corazón confió en eso. Pero a mi cuerpo y mis emociones les costaron encaminarse con el Espíritu para verdaderamente salir de la condición.
En un espíritu similar al de David en Salmo 51, llamé a Dios para que me restaurara el gozo de mi salvación y para que me renovara la firmeza de mi espíritu. Dispuesta a ser podada, le pedí que quitara todo lo malo y que revelara lo que necesitaba soltar.
Y mi camino personal era paralelo al del ministerio. El podar o recortar duele. Muchas veces queremos seguir con lo conocido, lo cómodo, o lo familiar. Pero el crecimiento no viene de allí. Entramos en lo desconocido, nos desacomodamos, lo no-familiar se convierta en el lugar de mayor confianza… Y Dios provee. Dios restaura. Dios renueva.
Me regocijo que Dios ha restaurado el gozo de mi salvación y del trabajo que me honra hacer por Él. Estoy cansada, pero no agotada. Estoy cargada, pero un poco aliviada. La cueva oscura ya tiene una luz al final del túnel. Me recuerda a unos versículos…
7 Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros. 8 Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo mortal. 12 Así que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes la vida. (2 Cor. 4:7-12)
A veces, el primer paso de crecimiento es la muerte. Y mi proceso de crecimiento no se ha terminado. Pero estoy agradecida. Y me acuerdo que “todo es parte de la trayectoria…” (Cuento una historia de una de las veces más fuertes en las que aprendí esa lección en el capítulo 3 de En la mano derecha de Dios.)
¿Cómo está Dios restaurando el gozo en tu vida?
#HermanaRosadeHierro #restauración #descansar