Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles
Agotados sería una descripción adecuada para varios miembros de mi familia.
Agotada de las migrañas crónicas.
Agotado de las pérdidas de trabajo.
Agotados de navegar el “nuevo normal.”
Agotada de las demandas físicas, mentales y emocionales por servir a niños especiales en el trabajo.
Agotada del viaje.
Agotada del quebranto del corazón.
Agotada por la niña de tres años.
Agotada de _________.
Agotada de la vida.
Gracias a Dios, hay un fin a ese cansancio y agotamiento. Me he reído al decir que “El mundo no es mi hogar,” podría ser mi canción lema, en vista de los muchos lugares que he vivido y culturas que he conocido. He proclamado esa canción como bandera de honor que trasciende las fronteras que este mundo finito establece y mantiene.
Sin embargo, me ha compungido el significado más profundo de la letra y el título de esa canción.
El mundo no es mi hogar, soy peregrino aquí. En la ciudad de luz, tendré tesoro sí. Mi celestial hogar por siempre gozaré, y la vida pasada jamás desearé…
No debo de sentirme en casa aquí en la tierra. El agotamiento que me cansa es parte de los gemidos de una tierra imperfecta que anhela llegar al verdadero hogar.
Voy a proclamar una nueva perspectiva sobre mi agotamiento: un recordatorio de mi hogar verdadero…
Donde descansaremos.
Tendremos la eternidad para disfrutar la transformación hacia la perfección espiritual.
No más dolor.
No más demandas físicas, mentales o emocionales.
No más viajes, excepto para cruzar las calles de oro para visitar con otros cristianos.
No más quebranto de corazón.
No más frustraciones.
Vida eterna.
El verdadero hogar.
#HermanaRosadeHierro #libertad #verdad #MichelleJGoff #blog
- Detalles
Mi grama parecía una jungla y desesperadamente necesitaba atención. Sí, hubo razones por las que llegara a ese extremo de descuido: viajes, lluvia, y otros compromisos… pero ya llegó la hora de ser cortada y para que volviera a parecer mi grama como lugar donde vivía alguien y que le importaba cómo se veía la casa.
Sin embargo, tocaba esperar otro día. Cada gota de lluvia fue como una afirmación de mi sentido de culpa por no haber aprovechado las pocas horas soleadas la tarde anterior.
Sabes que después de que pase de cierto punto la altura de la grama, se me hace más fácil dejarlo un día más. “Ya está tan mal. ¿Qué importa un día más?”
Pues, antes de que me juzgues por mi grama o mis prioridades, permíteme hacer una reflexión al nivel espiritual.
Los patrones y hábitos malos se nos pueden consumir más pronto que mi grama descuidada. Permitimos que la mala hierba crezca y cuando se siente que se nos ha escapado de las manos, pensamos, “Ya está tan mal. ¿Qué importa un día más?” o “Ya estoy atrapada. ¿La liberación será posible?”
Esa forma de pensar peligrosa nos lleva a la trampa de apatía y al contentamiento en un mal sentido. Nos acostumbramos a las condiciones horribles y los malos hábitos y así nos olvidamos de la belleza que se ha escondido, una belleza que sólo el Jardinero Divino nos puede volver a revelar cuando le permitimos cortar, recortar, y limpiar.
Y tal como mi grama se ve mejor con un buen mantenimiento en el verano, no cuestan tanto los recortes del Señor cuando se lo permitimos con más frecuencia y consistencia. Más bien, nos libera.
¿Se ve tu vida ahorita como una jungla descuidada, una grama bien arreglada, o algo en el intermedio? ¿Qué debes dejar que el Jardinero Divino haga en tu vida hoy?
#HermanaRosadeHierro #blog #libertad #verdad #JardineroDivino #MichelleJGoff