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Ninguna persona que conoció a Jesús se fue igual como antes. Es decir que cuando alguien conoció a Jesús, hubo un cambio en su vida.
Para varias de las entradas del blog este mes, les vamos a dar la oportunidad de reflexionar en cómo se cambió la cultura de la persona a través de su encuentro con Jesús. Vamos a seguir un mismo patrón de estudio para ver a estos personajes.
Primero, le daremos el texto bíblico para poder leer la narrativa de la historia completa.
Luego, para entender qué cambió de su cultura, tenemos que entender algo de su cultura original, la de antes de conocer a Jesús. A veces se trataba de una cultura racial, a veces de su oficio, o quizás era una cultura religiosa que había adoptado.
El tercer paso es analizar los detalles del encuentro con Jesús.
Y finalmente, veremos qué aspectos de su cultura o su contexto cultural cambiaron después del encuentro con Jesús.
Hoy, para dejarles un ejemplo, detallaré los cuatro pasos a través de la historia de la mujer cananea o sirofenicia (Mt. 15:22-29; Mc. 7:25-30). Para las otras ocasiones, Uds. mismas tendrán la tarea de hacerlo por sí mismas. Les invito a hacerlo con una hermana en Cristo para compartir perspectivas y aprendizaje. Es otra manera de servir como Hermanas Rosa de Hierro, animándose y equipándose mutuamente.
Texto bíblico: Mateo 15:22-29 y Marcos 7:25-30
Cultura de la persona: Ella era una extranjera. No era judío. Originalmente, Dios quería que los judíos convirtieran a los gentiles (cambiar su forma de pensar desde la adoración a múltiples dioses a adorar al único y verdadero Dios, Yahvé). Los judíos, el pueblo escogido de Dios, no había cumplido bien esa tarea. Sin embargo, después de la resurrección de Jesús, ya se abrió el camino para que todos tenemos la oportunidad de llegar a Dios a través de Su Hijo Jesucristo. En la historia que estamos leyendo hoy, todavía están fuera de los caminos de Dios los gentiles.
Los detalles del encuentro con Jesús: La mujer cananea tenía una hija endemoniada. Ella quería que Jesús le sanara a la hija. Parece que, hasta cierto punto, la mujer era temerosa de Dios porque conocía la ley de los judíos. Mayor que ese impedimento era su deseo de ver a su hija sanada. Jesús decidió sí sanar a la hija por la fe de la madre.
Aspectos de la cultura redefinida: Jesús presentó a todos que una cultura de fe era más importante que una cultura judía o gentil. Honró a la mujer por su fe y sanó a la hija por la fe de la madre.
¿Cómo nos inspira a redefinir la cultura a la que nos llama Jesús hoy?
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Escrito por Michelle J. Goff, directora ejecutiva del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
Publicado originalmente en noviembre de 2017
Algunas de las Hermanas Rosa de Hierro originales son un grupo de mujeres que llegaron a ser conocidas como “las hermanas confundidas."El nombre se inspiró por un estudio bíblico que resaltó la lucha interna que tenemos entre seguir la voluntad de Dios y nuestros propios deseos egoístas" (Rom. 7:14-18).
Cada vez que tengo la oportunidad de visitar a Baton Rouge, Luisiana, tratamos de reunirnos, el grupo original para comer, hablar, reírnos, orar, y compartir. Mis “hermanas confundidas” son un grupo diverso de mujeres conectadas en Cristo: todas jóvenes de corazón de varias edades; somos casadas, solteras, con hijos, sin hijos, con nietos…
Y han seguido como Hermanas Rosa de Hierro en mi vida, hierro afilando a hierro, animándome y a otros a ser tan bellas como rosas a pesar de las espinas.
Esas relaciones son imposibles sin tener a Cristo en el centro. Y Dios nos ha diseñado para no vivir nuestras vidas a solas. El cuerpo de Cristo, con todos sus miembros únicos, fue creado para trabajar en conjunto, estimularnos, animarnos, y levantarnos en ánimo y en oración.
Estas “hermanas confundidas” representan otros grupos similares en otras ciudades alrededor del mundo. Cuando comparto con otras mujeres sobre lo que significa ser y tener una Hermana Rosa de Hierro, tengo la bendición de muchas historias personales de las que puedo hablar. Doy infinitas gracias a Dios por proveer esas hermanas y hermanos en Cristo, amigos y familia, cuando más los he necesitado.
Y me honra compartir esas historias de mi vida y de las Escrituras para inspirar a otras en sus propias vidas.
Gracias por tus oraciones para que Dios me utilice como Su instrumento para equipar a más mujeres para que se conecten con Dios y con otras mujeres más profundamente. Te animo a dar gracias a Dios por las Hermanas Rosa de Hierro (o hermanas confundidas) en tu vida también.