A finales del año 2012 y temprano en el año 2013, mis circunstancias me llevaron a pasar muchísimo tiempo en oración buscando la dirección de Dios. Habiendo ya trabajado en varios contextos de la obra del Señor a tiempo completo, Dios me ayudó a reconocer el hambre de las mujeres por relaciones auténticas, como hierro afilando a hierro. Adicionalmente, había notado la necesidad por materiales de estudio bíblico tan sencillos para que cualquiera los facilitara, pero tan profundos para que todas crecieran. Otro enfoque desde el principio era en los seminarios de equipamiento con aplicación personal y práctica de la enseñanza bíblica,
empoderando a las mujeres en sus propios andares espirituales.
A mitades de enero, en menos de 24 horas, como inspiración divina, Dios me reveló el nombre del ministerio, la imagen del logo, la aplicación de los Elementos comunes, la claridad de visión y propósito, más también la dirección del crecimiento para el futuro (i.e. que el portugués sería nuestro tercer idioma dado que la visión era la de equipar a mujeres a lo largo de las Américas).