Juan 3:16 es uno de los versículos más citados de toda la Biblia. Lo vemos en letreros llevados a los estadios y como el recordatorio más usado del amor de Dios.
El versículo es tan conocido que quizás se haya hecho cliché, perdiendo la profundidad de su significado y la importancia de su mensaje.
Nicodemo, un fariseo y dirigente de los judíos, no lo entendió. Durante su conversación con Jesús, tarde una noche, Jesús le explica a Nicodemo que se ha enfocado tanto en lo físico que no reconoció al Mesías: la manifestación verdadera del profundo amor de Dios.
16 »Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. 18 El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. (Juan 3:16-18)
Jesús le ofrece a Nicodemo, y a todos nosotros, la oportunidad de creer. Aquí hay una lista de las primeras cinco cosas que creemos, resumidas en estos tres versículos de Juan:
1) Jesús es el Hijo de Dios.
2) Dios te ama tanto que estaba dispuesto sacrificar a Su Hijo unigénito. Su amor le llevó a hacer lo que era necesario para nuestra salvación.
3) Dios quiere que todos experimenten la vida eterna con Él.
4) El deseo de Dios no es el de condenar, sino de salvar.
5) El creer es clave para la salvación.
¿Crees?
Ya que respondiste en el afirmativo, rápidamente como buena alumna de la escuela dominical, te animo a volver a leer la lista. Repite lentamente y detalladamente todo aspecto de lo que crees.
¿Y ahora qué vas a hacer con lo que crees?