Redimido: Comprado de nuevo. Santidad: Apartado con un propósito.
Puede que la redención y la santidad no parezcan ser relacionados como temas para el blog en el mes de enero. Sin embargo, las dos se tratan de las resoluciones y los propósitos que muchos analizan en esta temporada – el año nuevo.
Una persona redimida tiene clara su identidad. Entiende que su vida no es suya – es un regalo de su Padre celestial a ser vivida para la gloria del Padre. Fue comprada por un precio y ahora es hija adoptada del Rey.
Una persona santa tiene claro su propósito. Reconoce que el mundo y sus maneras no tienen valor. Ella ha sido apartada de todo lo que impide y distorsiona. Dios le trae definición y propósito a la vida, guiada por el Espíritu Santo.
Una hija del Rey santa y redimida mantiene claro su enfoque. Como dice la canción, “El mundo no es mi hogar.” Y como dice Pablo en II Corintios 4:18, “Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.” Si me fijo en las cosas del mundo, me distraigo, me frustro, y me preocupo. Al mantener los ojos puestos en Jesús, tengo fe, esperanza, y amor.
Nunca me han llamado mucho la atención las resoluciones del año nuevo. Sin embargo, he establecido unas prioridades y metas que aclaran mi identidad, propósito, y enfoque:
· Tiempo diario en la Palabra.
· Comunicación constante con el Padre en oración
· Mantener lo más importante como lo más importante: Soy hija del Rey, llamada según su propósito. Con la identidad, el propósito, y el enfoque aclarados, veré las cosas desde una perspectiva eterna que me permite confiar en Dios a pesar de cualquier circunstancia.
¿Cómo vas a mantener claros tu identidad, propósito, y enfoque para el 2015?
Versículos adicionales para reflexión: Hebreos 12:1-3, Efesios 1:3-14, Juan 14:1-4, II Corintios 5:7