Me siento parte de varias comunidades o culturas a la vez. Aunque no nací como latina, me siento parte de la comunidad hispana y tan cómoda en ese contexto como con mi propia familia.
A través del Ministerio Hermana Rosa de Hierro, Dios me ha permitido crear vínculos entre las dos comunidades en las cuales participo. Cuando realizamos los eventos bilingües, vemos a hermanas que antes no entendieron nada de la perspectiva de la otra. Y en ese momento, están adorando, estudiando, y orando juntas.
Y doy gracias a Dios por la oportunidad que tendré mañana de inspirar a unas hermanas habla-inglesas sobre lo que ellas puedan hacer para romper esas barreras también.
Es un camino de doble-vía y no podemos pretender que depende de una sola persona cruzar las fronteras (no las físicas, sino las que formamos cuando vemos con ojos de prejuicio).
Es más fácil señalar a otros como el problema y no ver a nosotros mismos como parte de la solución. ¿Qué puedes hacer tú misma para unir esas dos comunidades como una sola en Cristo?
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La comunidad hispana
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