“Tanto lo bueno como lo malo se contagia como si fuera infección. Si quieres calentarte, debes pararte al lado del fuego; y si quieres mojarte, debes meterte en el agua. Si quieres gozo, poder, paz, y vida eterna, debes acercarte a o meterte en lo que tiene esas cosas. Nunca son un premio que Dios pudiera, si quería, dar a todos.” (de Mero cristianismo, C.S. Lewis)
Así es con las promesas de Dios. ¿Cómo puedo contar con las promesas de ser como un jardín bien regado (Jer. 31:12) sin estoy desconectada de la fuente de agua viva (Juan 4:10, 14)?
¿Cómo puedo ser transformada a la imagen de Cristo si no dejo mi vida en las manos de quien me puede moldear y formar?
Que tomemos del agua viva hoy. Que entreguemos nuestras vidas a quien nos transforma.