Ejércitos han conquistado tierra y han logrado victoria para el rey y su reino. Y aunque se requiere mucho trabajo, disciplina, o talento, la victoria se hace posible para alguien bajo cualquier circunstancia. Puede que no sea una victoria nuestra o que no sale como quisiéramos, pero la victoria es posible.
La única cosa sobre la cual el hombre no puede lograr la victoria es la muerte. Pero, ¿adivina qué? Jesús aclaró “Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.” (Lucas 18:27, Mateo 19:26, Marcos 10:27)
Jesús superó la muerte y por lo tanto es el sacrificio perfecto por el cual podemos superar el pecado y la muerte, y probar la victoria.
¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ejerce su poder por la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
I Corintios 15:55-57