El 4 de junio, 1976, David Allen Goff y Jocelynn Brown hicieron un compromiso el uno al otro y a Dios. La chica que faltaba dos meses para cumplir 20 años y el muchacho de 23, no sabían en qué paquete se habían metido, pero sí sabían en la mano de quién habían puesto sus vidas.
Al tomarse de las manos y comprometerse en amor, entregaron sus manos en las de Dios, confiando en él para guiarles y llevarles en lo bueno y lo malo, en la salud y en la enfermedad…
Entonces, mañana, celebramos el aniversario de su matrimonio, hace 40 años.
Actualmente, están en un crucero en Alaska y puede que no vean este blog hasta que vuelvan. Mis hermanas y yo nos emocionamos muchísimo que ellos pueden celebrar su matrimonio y tomar una vacación como jamás han tomado.
Sin embargo, más que la celebración de un crucero en el aniversario, nos regocijamos más del hecho de que han seguido fieles a Dios y al matrimonio a pesar de todo lo que se les ha presentado en la vida… aún cuando la única cosa en la que pudieron estar de acuerdo fue que Dios es Dios.
Al poner su matrimonio en las manos de Dios, no sólo en el día de la boda, más también en práctica y en oración a lo largo de los años, anticipamos celebrar unos 40 años más con ellos en el futuro.